“Creo que el mundo de la belleza siempre está en constante evolución. Yo me imagino productos cada vez más versátiles, que nos faciliten la vida, o que incluyan maquillaje y tratamiento a la vez, por ejemplo”. Así es cómo María Pombo, una de las prescriptoras de moda y belleza más importantes del panorama nacional, describe la evolución del mundo cosmético; una visión que se convierte en realidad gracias al constante afán de reinvención de Armani beauty.
El sello cosmético propio del creador italiano Giorgio Armani, lanza ahora al mercado dos novedosas propuestas extremadamente modulables con las que adaptarse al maquillaje del futuro. Se trata del colorete líquido Cheek Tint y el gloss hidratante Prisma Glass; dos productos de acabado jugoso que prometen convertirse en nuestros favoritos esta temporada.
Fotografía: Laia Benavides / Ayudante de fotografía: Orlando Gutiérrez / Estilismo: Blanca Hidalgo / Maquillaje: Inés Castaños /Peluquería: Jesús de Paula
Cuando le preguntamos a María Pombo acerca de cómo cree que serán los trends en materia de belleza en estos próximos años, expone que “la tendencia va a ir cada vez más hacia lo natural, con menos artificios y siempre priorizando una piel que se vea sana y luminosa”. Una apuesta que se inclina hacia la naturalidad, eliminando las texturas innecesarias, haciendo hincapié en el mantenimiento de un cutis saludable y que coincide, por supuesto, con las máximas de Armani beauty.
Concretamente, su nuevo gloss Prisma Glass es un labial de alto brillo que refleja la luz, creando unos labios suaves, hidratados hasta 24 horas y con un aspecto visiblemente más voluminoso. Quizá, además de en sus múltiples cualidades, el mayor atractivo de este producto se encuentra en uno de sus ingredientes naturales. Hablamos del escualano, un aceite muy refinado procedente de la oliva que, debido a su afinidad con la piel, se absorbe fácilmente sin dejar residuos. Es por ello que el gloss Prisma Glass de Armani beauty consigue un efecto duradero de jugosidad en la boca, aunque evitando esa sensación de pegajosidad que tantos otros labiales producen.