El mundo de la moda está dividido en estos momentos por culpa de El diablo viste de Prada 2. Están los que quieren saberlo todo sobre la película —desde el casting de nuevos asistentes hasta el milímetro exacto del tacón que lleva Miranda Priestly en su regreso más esperado— y están los que no entran en redes sociales sin entrecerrar los ojos, temerosos de tropezarse con un look filtrado que arruine la sorpresa en pantalla grande. Pero para quienes se han rendido ya ante el poder de la imagen (y de Meryl Streep), hay una verdad irrefutable: los zapatos rojos de la escena filtrada en el set neoyorquino han desaparecido de las web de Jacquemus a la velocidad de la luz –mientras escribo estas líneas solo queda la talla 38–. No es de extrañar que así fuese, ya que este zapato es una opción perfecta para darle un toque de color a un look de oficina, ideal para bodas y también para cenas de fin de semana. En definitiva, son una buena inversión que cuentan con el sello de aprobación de una de las jefas de la moda más exigentes.
Porque si algo ha quedado claro en estas pocas semanas de rodaje, es que el fenómeno de la moda cinematográfica no espera a los estrenos. Los más avezados ya están agotando piezas vistas en instantáneas del rodaje ¿El motivo? La nostalgia estilizada de una película icónica, la influencia intacta de Miranda Priestly como figura inspiradora y una Meryl Streep que sigue dictando tendencia con la elegancia de quien nunca dejó de hacerlo.
En el último look filtrado, vemos a una Miranda Priestly (perdón, Meryl Streep) vestida con el look perfecto para la oficina. Unos pantalones azules marino, una camisa blanca, una gabardina –confirmando que será su prenda estrella en la cinta, ya que es la segunda vez que lleva una– y unos zapatos de tacón rojo. Los protagonistas del furor de este look son precisamente esos stilettos rojos que Simon Porte Jacquemus bautizó como ‘Los slingbacks altos Cubisto’, un salón destalonado de piel lustrada con puntera alargada geométrica y tacón redondo y cuadrado que corona con un pequeño lazo de piel a juego en el empeine .