Adiós a Gena Rowlands
¿Cómo podríamos definir a Gena Rowlands? Quizás lo más icónico fue su melena rubia ondulada que siempre le caía perfectamente sobre los hombros en todas las películas en las que hizo gala de su presencia embrujada. También por sus retratos de mujeres al borde de un ataque de nervios (aunque nunca actuó con Pedro Almodóvar) con los que entró en el exclusivo club de los llamados iconos del cine, a partir de la inolvidable Una mujer bajo la influencia (1974), dirigida por su compañero de rodaje, el director, actor y guionista John Cassavetes. La actriz tuvo tres hijos con Cassavetes y colaboró en una docena de sus películas antes de su muerte en 1989.
Estrella de las décadas de 1970 y 1980 y figura emblemática del cine independiente estadounidense, Gena Rowlands disfrutó de una carrera rica y prolífica hasta bien entrada la década de 2000, en la que continuó rodando con su familia. Las generaciones más jóvenes la conocieron en el drama romántico El diario de Noa, dirigido por su hijo Nick Cassavetes (en el que interpreta a una versión mayor del personaje de Rachel McAdams, enferma de alzhéimer). Unos años más tarde, también apareció en Broken English (2007), la primera película de su hija Zoe Cassavetes. Fallecida el pasado miércoles 14 de agosto a los 94 años, repasamos la carrera de la actriz:
Gena Rowlands, una actriz un poco rebelde y con mucho gusto por la moda
Mucho antes de ser consagrada en los Oscar gracias a dos nominaciones (por sus papeles en Una mujer bajo la influencia y Gloria) y un Oscar Honorífico recibido en 2015 por toda una vida, Gena Rowlands inició su carrera de forma tímida a principios de la década de 1950, tanto en el teatro como en la televisión. Nació en Wisconsin en 1930, hija de Edwin Myrwyn Rowlands, banquero y legislador estatal, y Mary Ellen Neal, ama de casa con inclinaciones artísticas. Desde muy pequeña se vio inmersa en un mundo creativo que le hizo soñar con el cine, sentía una asombrosa fascinación por Bette Davis. Como era de esperar, en la Universidad de Wisconsin se decantó por el arte dramático, muy animada por su madre, que también había trabajado como actriz. Sin embargo, fue en Nueva York donde Rowlands se aventuró en producciones como The Seven Year Itch, de George Axelrod.
En los albores de la década de 1950, vimos a Gena Rowlands en la pequeña pantalla, en la serie Top Secret, y en otras menos famosas como Robert Montgomery Presents, Armstrong Circle Theatre y Studio One… En 1979, coprotagonizó con su icono de la infancia, Bette Davis, Strangers.
Sin embargo, fue en las películas de su marido, el cineasta John Cassavetes, donde Gena Rowlands se dio a conocer. Mientras la actriz interpretaba a mujeres fatales atormentadas en las películas de su marido, su vestuario pretendía reflejar su alma. En Gloria (1980) llevó fantásticos trajes diseñados por Emanuel Ungaro, formado en Balenciaga y Courrèges. Para este papel se adoptó una moda práctica, a imagen del lema del diseñador francés de origen italiano: «No hay que llevar un vestido, hay que vivir con él». Gloria es la encarnación de esta máxima, un deambular por el sórdido Nueva York de los años 70 y 80, entre el glamour, el poder y las hombreras, sin dejar de ser una inolvidable femme fatale. El personaje de Gena Rowlands dejó una huella tan indeleble que ha inspirado a Silvia Fendi para una colección cápsula en 2020. Las faldas ligeras de seda y satén, claves de los looks de Rowlands en la película, están ahora a la orden del día. El vestuario de aquella película presentaba una mezcla de siluetas femeninas y masculinas, con blazers combinados con faldas midi, algo que no nos suena a lejano.
John Cassavetes y Gena Rowlands, pareja estrella del cine independiente estadounidense
Mucho antes de su triunfo en Una mujer bajo la influencia, el dúo formado por John Cassavetes y Gena Rowlands se unió por primera vez en Faces (1968). Y aunque la actriz ya había tenido un papel en la primera película del director, Sombras, y otro en Un niño espera con Judy Garland, es sin duda con Faces en la que se produce la magia. En este drama, Rowlands interpreta a Jeannie, una prostituta que se ve envuelta en los tormentos de una pareja en crisis.»A mi marido le interesaban especialmente las mujeres y sus problemas en la sociedad, cómo eran tratadas y cómo resolvían y superaban lo que tenían que afrontar. Todas sus películas tienen mujeres muy interesantes», declaró a Associated Press en 2015. Sabiendo esto, es imposible no volver a la citada Una mujer bajo la influencia, en la que la actriz interpreta a Mabel Longhetti, un ama de casa y madre sumida en la depresión que se transforma a medida que avanza la película. La interpretación de Rowlands está a la altura de la historia: llena de energía, a veces aterradora, a veces alegre, siempre trágica. La actriz ha dicho a menudo que éste es su papel favorito de todos los tiempos.