El verano pasado, en el último momento, nos quedamos sin ver el nuevo directo de Fever Ray. Por desgracia, problemas de salud se interpusieron en nuestro camino. De todas formas, le habría caído encima una buena tunda de agua en Kalorama. Un año después, el proyecto de Karin Dreijer Andersson publica un disco en directo grabado en el estudio, con una secuencia casi clavada a lo que estaba ofreciendo en aquel tour de 2024: un show que tendía a empezar con ‘What They Call Us’ y a terminar con ‘If I Had a Heart’, combinando temas de sus tres discos de estudio. El resultado es una especie de «grandes éxitos», aunque con matices.
El primero es que este ‘The Year of the Radical Romantics’ arranca con dos excepciones: dos de las canciones más destacadas del proyecto abren -no cierran- en una versión extra alternativa llamada «Therapy Session».
Fever Ray ha construido un submundo audiovisual para su última era, con personajes como el mujeriego-wannabe llamado Romance, el observador del reloj Main, la bruja Snusis y la femme fatale con hacha Demona Lisa. Ebba ejerce de terapeuta como puede apreciarse en los visuales. En este contexto, ‘I’m Not Done (Therapy Session)’ abre el álbum porque eleva al cubo las posibilidades bailables del tema contenido originalmente en el primer disco de Fever Ray, y después sucede el último single ‘Now’s the Only Time I Know (Therapy Session)’, a la zaga con su bombo techno.
A continuación, tras esta entrada de 2 canciones, lo que se conoce como «Radical Romantics Session» son 12 pistas del último setlist habitual, que ya no encierra tantas sorpresas ni deliciosos delirios. Tampoco decepciones ni versiones descafeinadas.
Lo que sí ofrece ‘The Year of the Radical Romantics’ es la recreación en los detalles de Minna Koivisto a los teclados; Romarna Campbell a la batería; y Maryam Nikandish y Helena Gutarra al «keytar» y a las voces. Lejos quedan los tiempos en que se acusaba a Fever Ray del exceso performativo y del poco valor musical de los directos de su inolvidable banda primigenia, The Knife. Hay quien dirá que habrá post-producción de estudio, pero no desde luego al modo de los desagradables discos en directo del siglo XXI.
La percusión hace de ‘Even It Out’ un temá más rockero y rugoso como canción anti-bullying. Algo parecido ocurre en la nueva versión de ‘New Utensils’, que además se deshace en ‘When I Grow Up’, marcando la buena continuidad entre pista y pista del proyecto. ‘When I Grow Up’, ‘To the Moon and Back’ y ‘Carbon Dioxide’ serían «highlights» en cualquiera de sus versiones, mientras como está mandado, una versión extendida de ‘If I Had a Heart’ cierra el disco, sumergiéndonos en las mismas tinieblas donde descubrimos a Fever Ray.