Si, como marca la tradición, la gala de los Oscar 2025 ha estado plagada de vestidos de cuento de hadas –largas colas, seda y lentejuelas–, la fiesta de Vanity Fair que sigue cada año a la ceremonia vuelve a ser el momento perfecto para que las estrellas se suelten la melena, sartorialmente hablando, y se despojen de todo ese tul y volumen espumoso en favor de looks más prácticos (léase reveladores).
Para ilustrarlo, recordemos un hito de Pamela Anderson, que si bien hoy día sigue estrictamente abonada al lujo silencioso y la cara lavada (y radiante), hace 24 años se presentó en la fiesta de Vanity Fair con unas gafas de sol gigantescas y una minifalda vaquera tan exigua que hasta Glenn Martens se escandalizaría. El año pasado, Margot Robbie puso fin oficialmente al rosa Barbie que marcó la eterna promoción de la película luciendo en los Oscar un brillante vestido negro de Versace. Sin embargo, fue el corsé dorado de Mugler de primavera-verano 1996 que llevó esa misma noche en la fiesta de Vanity Fair el que acaparó más titulares.
Uno de los looks más comentados ha sido el de Rosalía, que se ha decantado por un vestido con transparencias de Dilara Findikoglu, una de las creadoras con mayor popularidad entre las artistas que buscan salirse de la tónica. Lo suyo es un diseño que emula la lencería, en línea con el encaje que hemos visto entre celebrities como Emily Ratajkowski (de Ludovic de Saint Sernin), Kendall Jenner (en un Mugler vintage) o la propia Kylie Jenner (de Ashi Studio). Con un estilismo más luminoso, Úrsula Corberó optó por un Armani Privé a contraste con su labial oscuro. Pero no es la única que ha vestido de la firma italiana: aquí repasamos todos sus looks (y a grandes rasgos, todos los looks) de la fiesta de Vanity Fair 2025 que ha tenido lugar después de los Oscar.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com
