Ejemplo absoluto de cine de confort. Así se podría definir Fly Me to the Moon, la nueva película de Greg Berlanti (Con amor, Simón) que se podrá ver en cines a partir del 12 de julio. Una cinta quizá convencional, de corte más que clásico, pero en la que funciona a la perfección su protagonista femenina, Scarlett Johansson. Fresca y muy veraniega –a fin de cuentas está ambientada en la soleada Florida donde tuvo lugar el desarrollo de la carrera espacial que llevó a Estados Unidos a la Luna en 1969–, la historia gira en torno a varios personajes ficticios que consiguieron que Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin caminaran sobre la superficie lunar tras viajar en el Apollo 11.
Cuando la primera misión tripulada llegó a la Luna, la NASA era todavía poco conocida entre los Estados Unidos y tal y como cuenta Fly Me to the Moon, el gobierno de Estados Unidos impulsó una campaña de imagen para dar a conocer lo que se hacía en las oficinas de Cocoa Beach. Para ello, la película echa mano del personaje de Kelly Jones, una sinvergüenza que es de las ejecutivas más respetadas del mundo de la publicidad de Nueva York y que se encuentra con el rechazo frontal de Cole Davis, el responsable de la misión. Son Scarlett Johansson y Channing Tatum los que interpretan a esta pareja, pero es ella la que se lleva de calle el filme. La actriz demuestra por qué es una de las mejores actrices de su generación a pesar de ese personaje de Viuda Negra que la hizo aparecer en más de cinco películas en la última década y hacernos pensar que eso era lo único en su carrera.
Dan McFadden