Fratelli Burgio (Ortigia, Siracusa): una panineria, auténtica y bulliciosa, con un ambiente muy animado. La infinidad de embutidos, quesos, conservas y encurtidos ofrecen posibilidades infinitas a la hora de diseñar tu bocadillo o tabla.
I Banchi (Ragusa): recomendado en la Guía Michelín, es un restaurante con algo más moderno y sofisticado, que pone el producto en el centro. Uno de los mejores restaurantes que probamos en la isla. Nuestros favoritos: el Pan brioche con lubina ahumada, yogur y limón y Raviolis de ricotta de vaca de Ragusa con salsa de carne.
Trattoria La Bettola (Ragusa): tradicional, asequible y delicioso. Imprescindible probar los platos estrella de la carta: las Albóndigas con salsa de tomate, queso y orégano y los Spaghetti al horno con pesto siciliano.
Caffè Sicilia (Noto): se ubica en la calle principal del casco histórico, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, por lo que sentarse en su terraza ya es una delicia. El lugar idóneo para probar la granita con alguno de los dulces que abarrotan su mostrador.
Sal8 (Agrigento): otro de los grandes aciertos en la isla. La carta revisita clásicos de la cocina mediterránea –y, sobre todo, siciliana– a través de platos como el Dúo de arancini (de gamba roja y de sepia), el Milhojas de ternera y berenjena sobre crema de queso y tomates cherry; o el Ravioloni con ricotta y pistacho a la mantequilla con salvia.