Tal y como se puede ver en pantalla, quizá las cosas están cambiando algo en el mundo, una idea que apoya María Romanillos, quien interpreta aquí a la nadadora Nuria, llevando su respuesta a una situación propia que vivió. “Yo vengo de Vallecas y cuando yo era pequeña a mí se me sacó del armario obligada cuando no estaba tan aceptado. Me empoderé y se aceptó. Luego me fui al centro y me di cuenta de que todos eran gais, fue increíble. Llegué al Isabel la Católica, que no hay un hetero, y muy bien. Hoy en día creo que, al menos entre la gente de nuestra generación, está todo aceptado”.
Por otro lado, la disciplina de Della Corte en el deporte ayudó a construir su personaje en Olympo. “Me dio un conocimiento de todo lo que no se ve en la vida de un deportista, todo lo que tiene que dejar atrás y el sacrificio que debe hacer. Es un trabajo que es 24/7 todo el año del que es muy difícil desconectarse”, cuenta. Eso sí, también deja claro que el rodaje no fue tan divertido como se podría haber esperado, algo en lo que coincide con el resto de sus compañeros. “No sé si sufrimiento es la palabra para definir la experiencia, pero ha habido mucho sacrificio que nos exigió mucho compromiso. Eso te pone en un lugar de desgaste físico, pero también mental y emocional. Nos dimos espacio al disfrute y por eso sí lo llegamos a disfrutar, aunque en cuanto salíamos un fin de semana a una casa de campo el plan era comer proteína con ensalada y no irte a dormir a las 5 de la mañana”. Nuno Gallego, quien interpreta aquí a Christian, hermano de una superestrella del deporte que teme no estar a la altura de la herencia familia, refuta esta idea: “Más que campamento de verano, diría que este rodaje ha sido parecido a la mili. No nos daba mucho pie a disfrutar: estábamos con dieta, entrenamientos, ensayos y rodaje. Fue una mili”.
María Romanillos, como Nuria, en una escena de ‘Olympo’/Fotografía: Matías Uris