Para Borja Luna, hacer de oncólogo ha sido igual de reto que interpretar a un bombero o a un paseante, pero Nimri le interrumpe para recordarle otra de las dificultades de este tipo de papel con un sinfín de tecnicismos: “Bueno, decir desfibrilador no es tan fácil. Cuando estaba en camilla y les oía hablar, parecía un trabalenguas”, bromea la actriz al recordarlo. Najwa nos cuenta que, cuando la llamaron para participar en esta serie, le ofrecieron interpretar a una médica, pero que rechazó la oferta y optó por el lado de la política sin apenas dudarlo: “En mi familia son médicos y no quería que la crítica fuera dura en casa. Escogí política porque no tienen ni idea de cómo va”, confiesa. «Siempre me decían que un político es un actor, pero con este papel he descubierto que no es así. La política es pura estrategia y el que está junto a ti sabe que si caes va a tener que posicionarse. Con los actores, eso no pasa”, explica.
En medio de todos los dramas que rodean a esta historia sobre médicos, Najwa nos ofrece otra confesión sobre el día a día de esta producción: “Me daba vergüenza interpretar mi personaje porque, aunque parezca mentira, hasta que rompo el cascarón me cuesta, parece fácil, pero no lo es”, asegura. “Cada día, para entrar a rodar, pedía silencio y me cantaba unas canciones. Todo el mundo me decía que me callara, pero es que si no lo hacía, no podía entrar a actuar», cuenta la actriz. “Yo me acabo pareciendo siempre a mis personajes, pero en realidad es mentira”, añade. “Y esta vez, con más motivo, porque crecí en un ambiente totalmente diferente al de Patricia Segura: tengo un padre jordano y una madre vasca, y en esta serie me tengo que meter en un tinglado que no es el mío, el de la política”, aclara.
Una serie llena de retos, dramas, amoríos, contradicciones morales y de debate, que, sin duda, entretiene y deja en el aire una posible segunda temporada en camino. Mientras tanto, los ocho capítulos que componen Respira ya están disponibles en la plataforma de Netflix.