El tipo de champú que deberíamos usar en verano
Es difícil pensar en septiembre en pleno verano, lo sabemos. Pero a veces, anticiparse es el mayor gesto de autocuidado. Y aunque ya hemos interiorizado que la piel exige protección solar (elixir antienvejecimiento por excelencia), hay una gran olvidada que también sufre en silencio: nuestra melena. Sí, el pelo también envejece. Y lo hace más rápido bajo el sol, la sal y el cloro. Estos elementos dañan la película hidrolipídica del cabello, dejándolo áspero, seco y apagado. Por eso, si queremos regresar de las vacaciones con una melena sana y brillante (quizá incluso más que el resto del año), hay que mimarla con la misma devoción con la que protegemos nuestra piel.
La clave está en sumar aliados específicos para el antes y el después del sol: fórmulas capilares diseñadas para proteger y reparar. Podríamos decir que es el equivalente a un aftersun… pero para el cabello. Ya tenemos bastante interiorizada la necesidad de usar brumas capilares que nos protejan de la radiación solar, pero la nueva hornada de champús reparadores específicos para ser usados tras la exposición solar ponen sobre la mesa la pregunta. ¿De verdad es necesario usar un producto específico para lavar el cabello tras una jornada de sol y playa? ¿No vale con el champú que utilizamos habitualmente?
La clave: limpiar (muy) bien el cabello
El sol, el sudor, el agua del mar y el cloro de la piscina actúan como un cóctel agresivo que altera la estructura, el color y la textura de cabello. La exposición continuada a estos factores provoca una oxidación de la queratina —la proteína principal del cabello— y de los pigmentos, lo que se traduce en un pelo más frágil, opaco y con el color alterado. “En verano se nos daña mucho más el pelo, porque recibimos más radiación solar y estamos en contacto constante con aguas saladas o cloradas, que deterioran la queratina. Además, estos líquidos dejan residuos metálicos que se adhieren al cabello y lo daña”, explica Helena Rodero farmacéutica especialista en cabello.
Por eso, más que pensar únicamente en champús reparadores, necesitamos fórmulas que limpien en profundidad, con agentes quelantes que arrastren esos metales y minerales adheridos. Ingredientes como el EDTA, el ácido fítico o el ácido glicólico son clave para devolver la ligereza al cabello y potenciar la eficacia de los acondicionadores y mascarillas, ya que estos metales impiden que hagan su efecto. “En la playa nuestro cabello no se queda bien al lavarlo, e incluso cuando lo lavamos se queda aplastado y eso es por todos los agentes que se nos adhieren al pelo. Si utilizamos este tipo de champús y acondicionadores nuestro pelo se quedará suelto y suave”, añade Rodero. Además, en verano el cuero cabelludo tiende a estar más graso por el sudor, así que un buen champú aftersun equilibra limpieza profunda y tratamiento, reseteando el cabello sin agredirlo.
Cómo sufre el pelo bajo el sol
Solemos pensar que el único protector térmico necesario es el que aplicamos antes de usar planchas o secadores, pero olvidamos que la exposición continua a los rayos UVA y UVB también deja huella. “Las radiaciones ultravioletas llegan a la cutícula del cabello dañándola. Incluso pueden penetrar hasta el córtex, provocando pérdida de proteínas y aminoácidos que lo vuelven más quebradizo y despigmentado”, explica María Baras, directora del salón Cheska. A esto se suma el daño invisible del calor y la sequedad: “Estos agentes, al abrir la cutícula, evaporan el agua natural del cabello, dejándolo seco, áspero y sin brillo”, añade Paula Gago, Education Manager Iberia para Revlon Professional y American Crew.
Otro aspecto que no debemos pasar por alto es el efecto del sol sobre el color. Tanto si llevamos nuestra melena al natural como si hemos sucumbido al rubio soñado a golpe de babylights, el sol puede despigmentar y oxidar incluso el tono más trabajado en el salón. “Recomiendo productos que protejan el color —aquellos con alto contenido en antioxidantes, acondicionadores y mascarillas con proteínas y aminoácidos. Son los que mejor cuidan la coloración, algo que para los profesionales es una prioridad. Hay tonos que se oxidan de forma bonita, pero otros no” nos explica María Baras.
Tips para cuidar el cabello del sol
Además de elegir un buen champú aftersun, hay otros gestos clave para mantener el cabello sano durante el verano. “Si te vas 15 días y vas a estar todo el día en el agua, a veces recomiendo sustituir al 100% el acondicionador por una mascarilla”, aconseja María Baras. Aplicar aceites capilares para sellar la cutícula también es una buena estrategia para evitar la pérdida de hidratación y frenar lo máximo posible el encrespamiento. “Los aceites al final son lo que más sella la cutícula y se queda en nuestro cabello formando una barrera y protegiendo de forma natural contra la oxidación, el agua y el sol”, afirma María Baras. Y por supuesto, no olvidarnos del cuero cabelludo. Un sombrero o pañuelo no solo protege del calor y los rayos solares, sino que previene quemaduras que pueden derivar en descamación, sensibilidad e incluso caída del cabello.
Uno de nuestros champús aftersun favoritos
Ante esta premisa, es probable que ya estés preguntándote con qué producto empezar a cuidar tu melena tras un día de sol. Para iniciarte en el mundo del champú aftersun, una apuesta segura es Eksperience SUN PRO de Revlon Professional. Su fórmula contiene Aquamaris Complex, un activo con doble función que, como explica Paula Gago, Education Manager Iberia para la marca, “enriquece y revitaliza el cuero cabelludo con minerales esenciales, protege de los radicales libres, fortalece el cabello y reduce la adhesión de partículas contaminantes hasta en un 95%”. ¿Tienes dudas sobre si se adapta a tu tipo de melena? Gago lo deja claro: “Está formulada para un uso diario y es apta para todo tipo de cabellos”.
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