Hilos tensores: qué son
Tenemos que hablar de los hilos tensores. Hace tiempo una amiga me contó algo que es justo y necesario reproducir a continuación porque resume a la perfección la esencia más práctica de los hilos tensores. Me relató que llevaba tiempo sin ver a su cuñada y que, de repente, un día volvió a verla y notó claramente que algo se había hecho. Pero no era capaz de concretar el qué: podía ser una ampolla efecto flash maravillosa (sí, podría ser una de proteoglicanos), aunque, a juzgar por los resultados, se inclinaba más hacia el terreno médico estético. Estaba más guapa, con mejor cara y más rejuvenecida, pero no parecía haber recurrido a ningún tratamiento invasivo. Simplemente, estaba mejor. Con el tiempo y alguna pregunta indiscreta, mi amiga descubrió el secreto de esa buena piel: los hilos tensores. Todo encajaba. Y es que los hilos tensores son una de las técnicas médico estéticas que a mayor velocidad está creciendo con diferentes materiales, formas y técnicas de implantación y siempre con el mismo objetivo: lograr un resultado antiaging híper, híper natural. De hecho, aunque este procedimiento lleva años implantado, en 2022 fueron una de la técnicas médico-estéticas más demandadas junto con el ácido hialurónico.
Aunque insistimos en que existe una gran variedad de materiales y procedimientos en el campo de los hilos tensores, todos tensan la piel y corrigen la flacidez, sobre todo el descolgamiento de mejillas, pérdida de definición en la mandíbula y flacidez del cuello. Y tal y como nos confirma la doctora Gloria Santomauro, «el resultado es totalmente natural, el feedback de los pacientes es: ‘¿Qué te has hecho? Estás más guapa». Pero dicho esto profundicemos en las diferentes técnicas que se están llevando a cabo, en cuándo es un buen momento para hacerlo, en la recuperación y en sus posibles inconvenientes.
Uno de los protocolos elegidos por los expertos en wellaging
Tal y como explica la doctora Leticia Fasano, especialista en medicina estética y cirugía plástica, los hilos tensores son un tratamiento de belleza wellaging, es decir, “adecuados a la calidad de nuestra piel y, sobre todo, de resultado natural y sin esconder el paso de los años. Este tipo de protocolos ayudan a que el paso del tiempo sea lo más cómodo posible», apunta. De hecho, con una sola sesión al año o cada año y medio es suficiente.
Tiempo y recuperación
Tal y como nos explica la doctora Nelly Cartró, especialista en cirugía plástica y reparadora, es un tratamiento que se realiza de forma ambulatoria en menos de una hora. «El paciente puede incorporarse a sus tareas habituales de forma inmediata», afirma la experta, que recala, eso sí, en que el área tratada puede quedar algo inflamada y con una ligera molestia durante unos días. «Suelen aparecer pequeños hematomas que desaparecen durante la primera semana», apunta. Respecto a la existencia de cicatrices, el doctor Mario Arques, director de Arques Clinic, explica que los hilos requieren la colocación mediante agujas o cánula pero no necesitan incisiones y, por tanto, «el procedimiento, si está bien realizado , no debe dejar cicatrices «. Obviamente, ponerse en manos experimentadas y conocedoras del método es fundamental para que el resultado sea el esperado y la recuperación también. Aunque es un protocolo mínimanente invasivo que permite hacer vida normal inmediatamente después, el experto de Clínica Arques recomienda llevar a cabo una actividad tranquila en los días posteriores al tratamiento, sin ejercicio intenso de la musculatura facial. «También es importante intentar dormir los siguientes tres días con la cabeza algo incorporada y tomar alguna medicación para modular la posible inflamación», añade. A lo que Nelly Cartró añade otra recomendación: no frotar la piel ni realizar masajes en la zona tratada durante un mes.
¿Es un protocolo doloroso?
«Los hilos son tan finos que no causan molestias en el paciente «, explica la doctora Cartró. Además, lo habitual es que el procedimiento se lleve a cabo con anestesia local. También es necesario hablar de las contraindicaciones que, como cualquier protocolo médico estético, puede tener: alergia al material del que estén compuestos los hilos y problemas en pacientes con alternaciones de la coagulacióin sanguínea, diabetes mal controlada o enfermedades autoinmunes, en cuyo caso suele estar contraindicado este tratamiento, tal y como explica. Por todo ello el doctor Arques insiste en la importancia de que el médico que vaya a realizar el tratamiento lleve a cabo un estudio previo del paciente. En casos más graves, la doctora Santomauro advierte del riesgo de infección o enfermedades autoinmunes graves como el lupus.
Rejuvenecen de una forma natural
Antes de hablar de este punto, es necesario aclarar la pregunta que puede que te estés haciendo ahora mismo: ¿A partir de qué edad se pueden hacer? «La edad depende de cada paciente», explica el doctor Arques, que establece los 40 como la edad media en la que suelen aparecer las principales arrugas, sobre todo faciales. Aunque la doctora Cartró confirma que, más que una cuestión de edad, se trata de una cuestión de flacidez y estado de la piel.
Respecto a su poder antiaging, influirá también la tipología de los hilos y el tratamiento realizado. En el caso de los hilos lisos de polidioxanona (PDO) así como en el de los hilos líquidos, se consigue una inducción de la formación de colágeno que mejora la calidad y la densidad de la piel, sobre todo en pacientes menores de 50 años ya que estos pacientes «tienen más capacidad aún para regenerar su propio colágeno», puntualiza el doctor Arques.
Y una pregunta más a la que debemos dar respuesta: los efectos de los hilos bioreabsorbibles pueden durar hasta dos años, aunque todo dependerá de la capacidad de generar colágeno de cada persona. Y un apunte más, pasados esos dos años, «el resultado siempre será mejor que no haberse realizado nada puesto que durante ese tiempo la piel se ha estado reforzando y ha estado estimulando su propio colágeno», señala Mario Arques.
Se pueden hacer antes del verano
Raquel Rodríguez Parada, profesora en la Facultad de Medicina de la Universidad Rey Juan Carlos, confirma que los hilos tensores son un protocolo apto para realizarse antes de que empiece el verano. «Si hay algo que nos aterra es eliminar las arrugas sin perder capacidad expresiva y con este tratamiento, nada de eso nos puede preocupar. El objetivo de los hilos tensores es estimular la producción de colágeno y elastina en torno a ellos para generar un efecto lifting en la piel, combatiendo la flacidez y mejorando la densidad. El resultado instantáneo y efectivo, logrando un aspecto rejuvenecido y natural».
También tratan la flacidez corporal
En el terreno corporal los hilos tensores también ganan terreno. En la clínica Mira+Cueto infiltran hilos tensores con ácido hialurónico en brazos y muslos para formar una especie de mallado en la dermis y hacer frente a la flacidez de esta zona. Recomiendan 3 sesiones distanciadas unos 2-3 meses y una sesión de mantenimiento al año. “Son reabsorbibles, con un espiculado multidireccional. Esto que quiere decir, que permite fijar el tejido subdérmico de cara interna de brazos y de muslos. Y, además, el plus que los hace más diferentes es que vienen recubiertos con una película de ácido hialurónico que hidrata la piel y logra aumentar y mejorar los resultados anti-flacidez del tratamiento”, explica el equipo de la clínica.
Y la recomendación más IMPORTANTE
Aunque los doctores con los que hemos hablado insisten en el acabado natural «y agradecido» de este procedimiento, es interesante subrayar las palabras de la doctora Nelly Cartró, que corrobora que «la gracia, como con cualquier tratamiento de medicina estética, es no abusar. Siempre que se sigan las recomendaciones del especialista y no se abuse al utilizar este método de rejuvenecimiento facial, el resultado será natural y apenas imperceptible», afirma la experta.