En pleno cambio de imagen hyperpop, Camila Cabello llamó nuestra atención con un look especialmente atrevido. No es que fuera arriesgado en sí: más bien nos preocupaba que pudiera tropezarse y romperse algo. Cabello aderezó un atuendo sencillo y clásico con un par de calentadores hechos de cinturones de cuero negro reciclado, cuyas tiras suelas se arrastraban por el suelo. Porque más allá del riesgo real de caída y el figurativo riesgo estilístico, la cantante sabe perfectamente que a veces hay que destacar y punto. Por eso recurrió a Ellen Hodakova Larsson, autora intelectual de los calentadores y fundadora de la marca Hodakova.
La diseñadora sueca fundó su firma homónima en 2021 con base en crear prendas sostenibles y utilitarias. Es un espíritu que se percibe en todos los diseños de Larsson, desde los más extravagantes –un vestido hecho de maletas, un sujetador hecho de cucharas– hasta los más ponibles, como el vestido camisero asimétrico (supersexy) que lució Teyana Taylor en una fiesta en Cannes.
Estas creaciones extravagantes con un toque de humor le han granjeado a Larsson una legión de seguidores en la industria de la moda: fue finalista del prestigioso Premio LVMH, apareció en la portada de Vogue Checoslovaquia e incluso la revista Culted la propuso como candidata a asumir la dirección creativa de Chanel (con una pizquita de ironía). Ahora, celebridades como Cabello, Taylor Swift, Kylie Jenner y Emma Corrin también se han subido al tren de Hodakova.
Corrin, conocide por su estilo vanguardista (cortesía de su estilista Harry Lambert), probó recientemente la marca escandinava en la gira promocional de Deadpool y Lobezno. Para una parada en la Comic-Con de San Diego, Corrin hizo un guiño a su personaje en la película, Cassandra Nova, con un vestido de otoño 2024 de Hodakova, hecho de cinturones de cuero negro. En medio de compañeros vestidos para la ocasión, le actore defendió esta versión poco convencional del clásico LBD. Con medias negras y zapatos de tacón con hebillas, no cabe duda de que iba más elegante que los que llevaban camiseta, pero sin resultar demasiado arreglade.
