Las grandes multinacionales empiezan a poner números al riesgo arancelario desatado por la política comercial de la Administración Trump del que vienen alertando a sus inversores en los últimos meses. Este es el caso de Iberdrola, que este mismo miércoles ha estimado desde Londres en su Capital Markets Day una reducción de su beneficio neto en 2028 de 246 millones de euros por la incertidumbre económica global actual.
Según señala la eléctrica en la documentación presentada a los analistas por su director financiero (CFO), José Sáinz Armada, el “escenario de tipos de interés más altos reduce el beneficio neto de 2028 en alrededor de 186 millones de euros”. A lo anterior, el CFO de la empresa añade que el “peor escenario de tipos de cambio reduce el beneficio neto de 2028 en aproximadamente 60 millones de euros”.
Para llegar a los anteriores pronósticos, Iberdrola parte de la hipótesis de que “la incertidumbre comercial persiste a pesar de los acuerdos recientes. El aumento de los déficits fiscales podría provocar una inflación persistente, menor crecimiento y tipos de interés más altos”. En lo que respecta a la inflación, la firma subraya que habrá “una inflación ligeramente más alta por los aranceles”. Y sucederá tanto en el corto como en el largo plazo. Sólo ve un cierto alivio dentro de la zona euro, donde cree que la apreciación del euro y unos precios energéticos más bajos la atenuarán y eso puede contener los tipos a corto plazo.
No obstante, cuando pone las luces largas, también ve nubarrones dentro de Europa debido a “las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda y los planes de infraestructura y defensa europeos”. De ahí que el crecimiento pueda resentirse, según Iberdrola, que prevé que sea “ligeramente menor debido a tensiones comerciales, geopolítica e incertidumbre macroeconómica”.
Esas dudas también afectan a los tipos de cambios de las divisas, importantes para una compañía multinacional en la que EE UU, Reino Unido o Brasil, cada una con su propia moneda distinta al euro, cada vez pesan más. Pronostica depreciaciones en EE UU y Brasil. En el caso del gigante norteamericano, por la política monetaria que está siguiendo. La presión a la que está sometiendo Trump a la Reserva Federal ya ha logrado que aplique un recorte de tipos y se desacople de la política monetaria de la zona euro, donde el BCE se está mostrando más conservador. Con la apreciación del euro sobre el dólar, Iberdrola sufre un descenso de resultados dado que sus crecientes beneficios procedentes de EE UU se devalúan al consolidar sus beneficios en la divisa comunitaria. Eso se mitiga con la apreciación de la libra esterlina, pero de nuevo supone un golpe al hacer el cambio del real brasileño, donde le preocupa un mayor déficit fiscal.
La situación para Iberdrola tiene un impacto limitado, ya que esos 246 millones son una parte menor de los 7.600 millones de euros que prevé ganar en 2028. Si cabe es aún más duro el impacto que tendrá por la competencia en su negocio de clientes. La eléctrica estima una reducción del beneficio neto dentro de tres años de 500 millones de euros por la normalización de márgenes en Reino Unido y España.
Exposición a EE UU
La política arancelaria de Donald Trump está obligando a adaptarse a Iberdrola. Con una fuerte exposición industrial a EE UU, se está viendo obligada a adelantar pedidos para sortear las tarifas impuestas por el mandatario republicano. La compañía ha destacado este miércoles que ya tiene asegurada las compras en un 90%. Los aranceles, sin embargo, sí le afectan por la potencial subida de inflación, que pueda llevar a un alza de tipos de interés. Además, las políticas antinmigración son otra fuente de potencial aumento de precios, dado que la salida de mano de obra del país puede encarecer los costes laborales. Y la baja tasa de paro, que monitoriza la Fed, dificulta más la bajada de tipos, pese a la presión de Trump a la institución que dirige Jerome Powell.
Todo lo que tiene que ver con los tipos de interés tiene una incidencia directa para una compañía, que suma 52.000 millones de euros de deuda y prevé que el pasivo se eleve hasta los 64.000 millones de euros en 2028. Aún así, la gestión de esta deuda le permitirá, según estima, reducir el coste un 3%. La parte que más se encarece es la que se denomina en dólares, que prevé que pase del 4,6% hasta el 4,9% en 2028, muy por encima del 2,6% de coste de la deuda denominada en euros que espera para ese año.
Iberdrola destaca que el Capital Markets Day celebrado en 2024, celebrado ocho meses antes de la victoria de Trump en las elecciones presidenciales, preveía que el coste de la deuda global fuera del 4,4% en 2026, frente al 4,8% que pronostica la nueva hoja de ruta. De ahí que se apunte una rebaja de beneficio neto de 186 millones en 2028.
Con todo, la empresa espera un ligero aumento del apalancamiento, hasta el 47%. Pero su exposición creciente a redes, activos regulados cuyos pagos son predecibles y de largo plazo, sumado al aumento de los contratos de largo plazo para la venta de su energía, considera que le permitirá mantener su rating crediticio en el nivel actual de BBB+/Baa1. A ello suma una posición de liquidez de 20.000 millones de euros en la actualidad, que prevé se eleve hasta los 24.000 millones de euros en 2028, en línea con lo exigido con las agencias de calificación.
En todo caso, las políticas de Donald Trump van más allá. El presidente norteamericano se ha mostrado implacable desde antes de llegar a la casa Blanca con la eólica marina, donde Iberdrola cuenta con una importante apuesta. De hecho, la actualización del plan estratégico se reafirma en esta tecnología, con 8.000 millones más de inversión. La empresa tendrá que capear las trabas impuestas por la administración republicana. Este mismo mes, ha visto cómo las autoridades están tratando de parar algunos de sus principales desarrollos en las costas del país. Por suerte para Iberdrola, se trata de proyectos en fases muy incipiente estado de desarrollo. Otras firmas como Orsted se han visto más afectadas, después de que Trump les haya tumbado un proyecto ya casi en fase de operación, lo que le ha supuesto un duro golpe en bolsa, aunque ahora los tribunales le dan la la razón.