Indra acelera la adquisición de Escribano para no perder el tren millonario de los contratos de defensa | Empresas

Indra busca cerrar la fusión con Escribano Mechanical & Engineering (EM&M) lo antes posible. La firma no quiere quedarse fuera de los planes de rearme europeos que se están gestando al calor de la inestabilidad geopolítica actual. Fuentes al tanto de la situación de la compañía esperan que antes de final de año pueda estar formalizada la compra de la empresa de los hermanos Escribano.

Estas mismas fuentes temen que las dudas sobre la operación puedan complicar la adjudicación de futuros contratos, al no disponer de la masa crítica y las capacidades necesarias para acometerlos. Este escenario supondría un duro golpe para el negocio de la empresa con impacto en la cotización, que ha escalado con fuerza en el último año descontando la llegada de nuevas adjudicaciones del sector militar.

Las estimaciones que se manejan en Indra pasan por que la comisión de consejeros independientes creada en julio que está estudiando la operación y velando por la independencia de la misma -ya que el presidente de Indra, Ángel Escribano, es a su vez propietario de EM&M- pueda remitir el informe de valoración de la misma lo antes posible.

Para ello, los consejeros de Indra analizan las cifras y condiciones de la compra. Indra trabaja con algunos de los asesores más reconocidos a nivel mundial como PwC, AZ Capital, Latham & Watkins, Morgan Stanley, Goldman Sachs o Renaissance. Por la empresa liderada por Javier Escribano están Santander, JP Morgan o Linklaters.

El consejero delegado de Indra, José Vicente de los Mozos, está liderando desde 2024 la potencial compra de Escribano, que se empezó a plantear cuando aún era presidente Marc Murtra. La idea es que una vez se emita el informe de la comisión de independientes creada ‘ad hoc’ para esta fusión se pueda aprobar en el consejo. Con dichos consentimientos, Indra celebrará una junta de accionistas en noviembre o diciembre que dé el visto bueno definitivo tanto a la fusión con Escribano como a la compra de Hispasat, que aún debe recibir el plácet de los accionistas. Como ya avanzó este medio en julio, la fusión de EM&M se articulará sin salida de caja. Se ejecutará una ampliación de capital que podría rondar los 1.000 millones de euros con la emisión de nuevas acciones que tomarán los Escribano, que pasarán a tener más del 20% del capital de Indra

El objetivo de Indra es convertirse en un consolidador español en el sector de la defensa capaz de competir a nivel mundial con los grandes actores internacionales, como Rheinmetall, Bae Systems, Lockheed Martin o Leonardo. La compra de Escribano no ha sido la primera opción para crecer en el sector. Ya antes el propio presidente de Escribano desveló que habían intentado comprar Santa Bárbara a General Dynamics European Land Systems, que rechazó la venta.

Precisamente la compañía estadounidense es ahora uno de sus mayores competidores. Santa Bárbara ha cambiado de director general y ajusta su estrategia para competir por el mismo nicho de mercado en el que está Indra, que ha creado una división denominada Indra Land Vehicles para poder acceder a los grandes contratos futuros que se esperan de blindados, carros de combate y otros productos. Después de ir a por Santa Bárbara, la firma también se interesó por la italiana Iveco, pero finalmente el Gobierno italiano decidió que fuera entera para Leonardo y dejó fuera a la empresa española y la alemana Rheinmetall.

Con esas opciones descartadas, Indra compró la fábrica de El Tallerón en Asturias a Duro Felguera, pero ahora mismo la opción más factible de crecer y poder competir pasa por comprar EM&M, destacan fuentes al tanto de la situación de la empresa. Tanto Indra como la SEPI, máximo accionista con el 28% del capital social, son conscientes de lo problemático que es no tener masa crítica para lograr adjudicaciones multimillonarias. Y es que creen que de no ganar tamaño podrían sufrir una situación similar a la de Talgo, cuya falta de capacidad productiva le está dejando sin poder competitivo y la acción de la compañía ha pasado de rozar los cinco euros hace menos de dos años a quedarse por debajo de tres en este momento. Indra se ha revalorizado un 125% en lo que va de 2025 y supera los 38 euros por acción. Su capitalización bursátil es récord actualmente, con más de 6.800 millones de valoración.

A ninguno de los actuales actores implicados se les pasa por alto que el Gobierno tiene que adjudicar en próximas fechas todos los Programas Especiales de Modernización (PEM), que pretende movilizar 34.000 millones en los próximos años para dotar al ejército español de nuevas capacidades en defensa y seguridad con las que cumplir con el esfuerzo presupuestario exigido por la OTAN y, muy especialmente, por la Administración Trump de EE UU, primer socio de la alianza atlántica.

El pasado 16 de julio, el Consejo de Ministros aprobó los techos de gasto de 16 de los 31 PEM. Ahí es donde Indra quiere ser un actor líder. “Este ambicioso proyecto tiene como objetivo fortalecer las capacidades militares, reducir las dependencias estratégicas y consolidar a la industria española como un referente europeo en materia de seguridad y defensa”, destacaba este verano en un comunicado el Ministerio de Defensa. “El Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa, que contará con una inversión inicial de 10.471 millones de euros, en 2025” añadía el departamento liderado por Margarita Robles.

“Estos recursos (en referencia a los 34.000 millones a movilizar en los próximos años) financiarán 31 Programas Especiales de Modernización (PEM), que abarcan desde vehículos de combate sobre cadenas y el futuro carro de combate europeo, hasta la actualización de artillería autopropulsada, radares de localización de fuego indirecto y nuevos sistemas de movilidad táctica, como los vehículos lanzapuentes”, destacaba el Ejecutivo.

Son precisamente esos productos donde Indra quiere ser el consolidador y tractor de la industria nacional, lo que supondrá un impulso a la creación de puestos de trabajo en España respecto de otros competidores internacionales que podrían deslocalizar esas tareas a otros países donde producen.

El auge inversor en defensa, al calor de conflictos como el de Ucrania u Oriente Medio, no solo está en el punto de mira del mundo industrial. La inversión prevista ha despertado también el interés del sector del capital riesgo, el más selectivo a la hora de buscar retornos y rentabilidad.

Precisamente ese vector inversor ha sido motivo de interés en el International Private Equity Market (IPEM) que se celebra estos días en París y que reúne a las mayores gestoras del mundo como BlackRock, Blackstone, así como a gigantes financieros como Goldman Sachs. La inversión en momentos geopolíticos convulsos tras la llegada de Donald Trump al poder han sobrevolado las charlas, incluso la posición de crecimiento de España ha sido comentada en uno de los auditorios. Es esa ola de inversión y crecimiento en la que Indra quiere estar presente.

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Farándula y Moda

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Vie Sep 26 , 2025
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