Jack McCollough y Lazaro Hernandez, de Proenza Schouler, han anunciado hoy que abandonan la marca que fundaron en 2002 siendo jóvenes graduados de la Parsons School of Design. McCollough y Hernandez, cuya marcha se hará efectiva el 31 de enero, permanecerán en el consejo de administración y seguirán siendo accionistas, y la consejera delegada de la marca, Shira Suveyke Snyder, contratada en octubre, encabeza la búsqueda de un nuevo director creativo.
«Nos sentimos afortunados de haber tenido la oportunidad de construir un equipo tan extraordinario, con algunas personas que han estado con nosotros desde el primer día… Estamos seguros de que hemos sido capaces de compartir algo de lo que nos alimenta creativamente, y a través de ellos, Proenza Schouler seguirá evolucionando de una manera que tiene sentido no sólo para la marca, sino para el momento», dijeron McCollough y Hernandez a Vogue.
«La búsqueda de nuestro sucesor está en marcha y será fascinante escuchar lo que Proenza Schouler ha significado para esta persona: tantos recuerdos, tantos periodos de trabajo… han sido dos décadas de colecciones. Empezamos esta empresa en nuestra habitación cuando aún éramos estudiantes, apenas veinteañeros. Entonces no imaginábamos el camino de transformación que nos esperaba. Tenemos la suerte de haber contado con una increíble red de apoyo a nuestro alrededor, tanto dentro como fuera de la empresa, gente que sentimos como de la familia y, gracias a ellos, Proenza Schouler es lo que es hoy. Esperamos que, de alguna pequeña manera, este viaje haya dejado una pequeña huella indeleble en la moda neoyorquina.»
Los diseñadores celebraron su 20º aniversario en 2023, invitando a Chloë Sevigny, una de sus primeras admiradoras, a inaugurar su desfile de otoño-invierno de ese año. McCollough la describió como “nuestra colección más personal hasta la fecha, que gira menos en torno a un tema y más en torno a las mujeres de nuestras vidas”.
Entender lo que quieren las mujeres con estilo es uno de los puntos fuertes de los diseñadores, que han cultivado un equipo de chicas cool formado por estrellas como Sevigny y Natasha Lyonne, fashion insiders como Lauren Santo Domingo, cofundadora de Moda Operandi; y Sara Moonves, redactora jefa de W Magazine; y personalidades del mundo del arte y la literatura como Olympia Scarry y Ottessa Moshfegh, que han crecido junto a ellos. Ese factor cool les ayudó a conseguir el primer premio CFDA/Vogue Fashion Fund en 2004. Seamless, el largometraje documental sobre el concurso dirigido por Douglas Keeve, les valió a ambos diseñadores sus primeras menciones en IMDb.com. También han recibido numerosos galardones del CFDA a lo largo de los años, como el Premio Swarovski 2003 al Prêt-à-Porter [ahora el premio al Diseñador Emergente], el premio al Diseñador de Accesorios del Año 2009 por su bolso PS1 superventas, y el premio al Diseñador de Ropa Femenina del Año en 2007, 2011 y 2013.
La historia del origen de Proenza Schouler tiene mucho de cuento de hadas. Cuando Hernandez, aún estudiante, se encontró en un avión con la directora de Vogue USA Anna Wintour, garabateó una nota en una servilleta y se la entregó en primera clase. Al parecer, Wintour se mostró muy fría, pero le hizo llegar la nota y, dos semanas más tarde, McCollough ya tenía un puesto de becario en Michael Kors. (McCollough, por su parte, trabajó en Marc Jacobs cuando aún estaba en la escuela). Más tarde, en su graduación en 2002, Julie Gilhart, entonces directora de moda de Barneys e incondicional cazatalentos de la moda, estaba entre el público y le gustó tanto lo que vio que compró la colección para los grandes almacenes neoyorquinos.