Paloma Picasso y Jeanne Damas no solo comparten algunos rasgos físicos –que han acentuado desde el equipo de maquillaje–, las similitudes van más allá. “Tenemos en común el amor por el vintage. De joven vistió muchas prendas de este tipo. Investigué sobre su figura en la época que retrata Becoming Karl Lagerfeld, también sobre el resto de su pandilla, y descubrí que había sido una inspiración para Yves Saint Laurent”, cuenta Damas. “Tenía un estilo tremendamente personal ya en los años 70. Se convirtió en su musa”, añade. “Compartimos esa pasión por las piezas de otras épocas, no hay más que echar un vistazo a mi colección. Guardo con especial mimo prendas originales del diseñador, las adoro”.
Sobre las razones que llevaron a Paloma Picasso a convertirse en un icono de estilo hace ahora más de medio siglo, Jeanne Damas tiene una opinión formada al respecto. “Creo que tiene que ver con la época en la que se dio a conocer. Era amiga de Andy Warhol, Yves Saint Laurent, Karl Lagerfeld o Loulou de la Falaise”, comenta. “Siento que le resultaba complicado llevar el apellido de su padre y precisamente por eso jugaba con la ropa, para expresar su propia personalidad. Se creó un personaje para poder ser alguien independiente, algo que compartía con Lagerfeld. Eso es lo que la hace realmente interesante”, ahonda la parisina. “Fue una mujer de negocios en plenos años 80. Es un icono de moda, pero también un icono a secas”.
Becoming Karl Lagerfeld se presentó en Canneseries, el festival de series de la costa francesa que se celebró el pasado mes de abril, con una estupenda recepción. “Muchos de los periodistas especializados que la vieron allí reconocieron que había sido una sorpresa”, recuerda Damas. Sobre si seguirá o no explorando su camino en la actuación, la empresaria se pronuncia: “Nunca se sabe. Tengo la certeza de que voy a vivir muchas vidas. Comencé muy joven, arranqué la marca a los 23 o 24 años. Me lo pasé muy bien rodando las escenas de la serie, pero se me hizo muy complicado compaginar las dos cosas”, admite con humildad. “Entre tomas me tenía que conectar a reuniones por Zoom, y además la niñera estaba en casa. Fue una pequeña locura. Lo que sí reconozco es que estar todo el día en la oficina no es muy inspirador que digamos; salir de allí, tener nuevas experiencias y conocer a gente distinta, sí”, añade. “No estoy cerrada a nuevos proyectos, pero ya veremos”, concluye cautelosa.
