Jenna Ortega versiona las bailarinas de rejilla (y les añade tacón)
En verano parece que nunca se tienen suficientes zapatos. Decenas de modelos se acumulan en el armario y también se suman novedades constantes a nuestras listas de deseos: las sandalias en todas sus versiones compiten con las alpargatas y las controvertidas chanclas, que habitan entre el asfalto y la piscina como si fueran lo mismo. Pero esta variedad (lejos de lo que pueda parecer) no tiene nada que ver con el consumo alocado de tendencias. Todas tienen un momento y un lugar destinado a ellas. Y eso lo sabe bien Jenna Ortega.
La actriz de Miércoles protagoniza ahora la gira promocional de la serie de Netflix y ha desplegado un repertorio de estilismos capaz de enamorar a las fans del goth girl summer. Con ella (y obviamente con su personaje, en cuyo estilo se inspira fuera de la pantalla), la estética oscura de la ficción va más allá. Para la premiere en Londres escogió un diseño de Ashi Studio -con el que soñaría cualquier personaje de Tim Burton-, en París homenajeó a la hija de los Addams con un estilismo rococó de Andreas Kronthaler para Vivienne Westwood y ya en Nueva York, optó por unos tacones de Christian Louboutin que añadían todo el dramatismo necesario. Y estos no han sido los únicos con los que Ortega ha dejado claro que el calzado es una pieza fundamental dentro de su sombrío y teatral guardarropa.
De nuevo en la Gran Manzana, la intérprete ha elegido un diseño que amarán las que se dejaron conquistar por las bailarinas de rejilla. Se trata de unos tacones con el mismo acabado mesh que ya encumbraron a estas manoletinas (ideadas por Alaïa) como una de las hormas más buscadas y deseadas. Aunque en esta nueva silueta se mantiene la puntera redondeada y se eleva el tacón, añadiendo una cinta anudada al tobillo.
Un modelo refrescante que se tiñe, además, de amarillo mantequilla, para convertirse en objeto de deseo por derecho propio. Algo que da lugar al complemento en tendencia más inesperado y perfecto, a su vez, para lo que queda de temporada. Tiene la capacidad de adaptarse a looks de invitada y a estilismos casuales con la misma soltura, así como iluminar mediante colores vivos con un efecto fuera de lo convencional. Y, por si fuera poco, Jenna Ortega ha demostrado que se suman a su estética sombría (o a cualquier otra) sin restar autenticidad. El tándem más imprevisto con su maquillaje de cejas decoloradas, capaz de integrarse con el vestido que lucía con naturalidad. El zapato para todo existe y es este.