Es la prueba de sonido y estamos en la sala verde del famoso Radio City Music Hall de Nueva York con Jennie Kim. Está escuchando Intro: Jane with FKJ, la primera pista de su álbum de debut Ruby, para calmar los nervios. Puede que te preguntes por qué la estrella del pop, que ya ha alcanzado el reconocimiento mundial, se sigue poniendo nerviosa antes de actuar, pero es su primera gira sin los miembros de Blackpink. Para asegurarse de hacer la mejor actuación posible, intenta estar relajada. «Este es mi tercer concierto [del nuevo álbum]», nos cuenta Jennie. «Los rituales se van forjando poco a poco, pero para mí lo más importante es sentirme bien, que mi cuerpo esté sano y hacer cosas para cuidarme antes de salir al escenario«. Está un poco espesa cuando hablamos, pues solo ha dormido unas horas en el vuelo desde Los Ángeles, donde actuó dos noches seguidas en el Peacock Theater. No obstante, la cantante aparece derrochando estilo, vestida con una chaqueta oversize y un gorro beanie de Chanel, muy apropiado teniendo en cuenta que la sensación del K-Pop es embajadora de Chanel desde hace tiempo y el nuevo rostro del bolso Chanel 25.
La cantante de 29 años saltó a la fama en 2016 como miembro de Blackpink, fenómeno del K-Pop. Tras convertirse en una de las favoritas de los fans, emprendió su carrera en solitario dos años más tarde y, en 2019, fue nombrada embajadora oficial de Chanel por el difunto Karl Lagerfeld. El superestrellato de Jennie se hizo tan patente que pronto se la conoció como la «reina del sell-out» de Corea, en el mejor de los sentidos: todo lo que Jennie toca, viste o sostiene se agota al instante, sin importar el precio.
Normalmente, a principios de marzo, Jennie suele encontrarse en París en los fittings previos al desfile de prêt-à-porter de otoño de Chanel. Pero esta temporada ha sido diferente. Por primera vez durante su rol de embajadora, en lugar de sentarse en el front row del Grand Palais, ha viajado a Nueva York. «La sensación es extraña», dice mientras se acomoda en la sala verde del auditorio. «Es el primer desfile que me pierdo en mucho tiempo». El cambio, sin embargo, marca un momento importante en su carrera. «Son muchas emociones, pero celebrar mi primer concierto en Los Ángeles, donde además iba por primera vez, significó mucho para mí», dice. “Pasé mucho tiempo trabajando en este álbum, así que fue muy especial. Y fue mi primer concierto en un teatro”. Aunque Jennie está acostumbrada a actuar en estadios llenos a rebosar y a encabezar festivales de música, admite que se pone igual de nerviosa ante audiencias más pequeñas. Ahí es donde entran en juego sus rituales previos.
Después de firmar algunos autógrafos y hacerse selfies con los fans que la esperaban a las puertas del recinto (su lado bueno, dice, es el izquierdo), la cantante prefiere quedarse a solas con su círculo íntimo, que incluye a su mejor amiga y directora comercial de su sello Odd Atelier, Allison Chang. Este pequeño equipo, que lleva trabajando con Jennie desde sus inicios en Blackpink, la acompaña allá donde va –de París a Los Ángeles, pasando por Nueva York– y a menudo permanecen varios meses de gira a su lado.
Aunque la estrella ha posado en innumerables sesiones de fotos, en realidad es bastante tímida ante las cámaras. Cuenta con un fotógrafo para sus viajes, Choey, que documenta cada momento de la gira, pero sigue pidiendo consejos a nuestro equipo sobre cómo posar. Después de unas pocas fotos, sus años de experiencia como modelo se hacen evidentes, y la estrella empieza a posar sin indicaciones e incluso dirige ella misma el vídeo para Vogue.
Tras unos retoques en la silla de maquillaje, Jennie está lista para el ensayo. Los VIP que consiguieron acceso anticipado para presenciar la prueba de sonido llegaron con pancartas y palos de luz, ansiosos por ver a la cantante en directo por primera vez desde 2023. La energía arranca tranquila y pausada, con la mayoría del público sentado para disfrutar del momento, al igual que Jennie. Pero para cuando llega a la cuarta canción, Handlebar, la tensión se desborda.
Aunque The Ruby Experience sea un concierto casi de cantautor, en el sentido de que no hay nadie más que Jennie y sus bailarines –sin apariciones especiales de ninguno de sus colaboradores, como Dua Lipa, Childish Gambino o Doechi–, lo cierto es que Jennie no necesita aditivos. Su mera presencia es suficiente para electrizar al teatro y hacer que los fans se levanten del asiento y salten sin parar.
En el vídeo que compartimos a continuación, en exclusiva para Vogue, Jennie nos enseñó cómo es el día a día en su gira, su bolso Chanel 25 y sus mejores consejos para posar en las fotos.