Joao Gilberto ha muerto a los 88 años de edad. Como cantante, guitarrista y compositor era reconocido por ser el pionero del género de la Bossa Nova, que alcanzó gran reconocimiento alrededor del mundo en la década de 1960.
La versión del tema La chica de Ipanema, que Gilberto grabó junto a su esposa, Astrud Gilberto, y el músico estadounidense Stan Getz, en 1964, fue una contribución crucial para la popularización de este género fuera de las fronteras de Brasil.
Joao Gilberto falleció en su casa en Río de Janeiro, tras sufrir una larga convalecencia. Durante la última década, Gilberto vivió solo en Río de Janeiro, luchando contra problemas mentales y financieros. Joao Gilberto no había sido visto en público desde hace varios años.
Su última foto conocida, del pasado mes de junio
Nacido en el estado oriental de Bahía, en 1931, Gilberto comenzó a cantar a la edad de 18 años. Se considera que su grabación del tema Chega de saudade, a finales de 1958, revolucionó la música brasileña de la época.
El crítico Ruy Castro escribió sobre Gilberto: «Distribuida sin alardes ni expectativas, el tema tenía un minuto y 59 segundos de duración. Nunca una pieza musical tan breve significó tanto, dividiendo a la cultura brasileña en un antes y un después. Y eso que sólo era una versión que Gilberto hizo de la canción de Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes».
«El disco Getz/Gilberto es aún el álbum de jazz más vendido de la historia, lo que es sorprendente dado que se trata en realidad de un disco de Bossa Nova y está cantado en portugués».
Con su esposa Astrud Gilberto
No es una exageración decir que él fue uno de los músicos más influyentes del siglo XX, como guitarrista y también como cantante. Una pérdida enorme. De Peggy Lee y Doris Day, en aquellos días, a Diana Krall y Stacey Kent, pasando por Frank Sinatra, no ha habido un gran cantante o artista instrumental estadounidense que no estuviera influenciado por su «mezcla» de voz y guitarra.
Su música representaba un periodo de enorme optimismo en Brasil: un país urbano, industrializado, que estaba construyendo una nueva capital y soñando con lo mejor.
Ahora, ya no es el mundo del Brasil que Joao Gilberto quiso potenciar globalmente.
