El consejero delegado en España y Portugal del gigante farmacéutico alemán Bayer cumple un año al frente de la organización para Iberia. Jordi Sánchez (Barcelona, 1966) es optimista pese al contexto geopolítico adverso y los enormes retos que afronta la industria en un momento también de cambios regualtorios en el país y Europa. Con 12 años en la multinacional que tiene sede en Barcelona, pide por videollamada un marco normativo predecible que recupere la inversión en la I+D farmacéutica europea.
P. La empresa mantiene un fuerte ritmo de inversión en España, ¿cuál es el objetivo?, ¿continuará?
R. Toda la inversión que hacemos es para asegurar que, desde la innovación, desarrollamos nuestra misión, que es salud y alimentación para todos. Desde 2019, la compañía ha hecho en España una muy fuerte apuesta y ha invertido 568 millones de euros. La cifra de 2024, la más reciente, es de 145 millones y se desglosa en dos grandes bloques: infraestructuras, en nuestros centros tanto para la expansión de la actividad como de mejora de la eficiencia energética, y aquí hay un componente muy importante de sostenibilidad. E investigación en innovación, tanto en salud como en agricultura. Hemos invertido 118 millones de esos 145 millones, para un alza del 12% respecto a 2023.
P. ¿Seguirá ese flujo de capital?
R. La apuesta del grupo por España es muy firme. En 2024 celebramos nuestro 125 aniversario y es una historia de una presencia y capilaridad en el territorio muy importante, lo cual significa que, durante estos años, en los distintos ámbitos en los que hemos trabajado, esa inversión no solo se ha mantenido sino que se ha incrementado, y va a continuar. Tenemos la planta de La Felguera, en Asturias; la de Berlimed en Alcalá de Henares (Madrid), donde producimos medios de contraste, entre otros, y la gran apuesta que ha hecho la compañía por las terapias avanzadas con la instalación de Viralgen en San Sebastián.
P. ¿Cuántos ensayos tiene en marcha la empresa y en qué áreas?
R. Dentro del grupo Bayer, España está entre los tres países donde hay más inversión en investigación clínica tanto por número de estudios como de pacientes, también en agricultura. Disponemos de centros de I+D de la división de Crop Science en el sur del país y un hub global en nuestra sede de Barcelona, con 25 años. España es un referente en el tejido investigador en muchas áreas terapéuticas, pero desde luego en las de nuestro foco: cardiovascular, oncología y oftalmología. Tenemos unos 60 ensayos clínicos en distintas fases de desarrollo: 48 en las primeras etapas y 14 observacionales.
P. Hablaba de la eficiencia energética. Ha cerrado un acuerdo con Iberdrola para bajar emisiones.
R. El contrato firmado es para que todo el vapor necesario en el proceso productivo de nuestra planta de Langreo [La Felguera], en Asturias, provenga de fuentes de energías renovables (vapor electrificado), y con esto contribuyamos a la descarbonización total de la planta, que va a ocurrir a partir de junio de 2026. Desde 2019 hemos reducido un 38% a nivel nacional nuestra huella de carbono relacionada con nuestra actividad. Otro avance en esta instalación es que por primera vez hemos desarrollado la metodología para medir la huella de CO2 de nuestro producto emblemático, la aspirina, en la presentación de 100 miligramos, la más usada y que previene patologías cardiovasculares como el infarto y el ictus.
El área farmacéutica contribuye claramente al crecimiento de la compañía, pero agricultura y autocuidado tienen innovación que puede contribuir también a medio y largo plazo
P. Ha dicho en público que le preocupa que la guerra arancelaria afecte el suministro de fármacos, ¿sucede ya?
R. No hemos todavía identificado ningún impacto, pero seguimos monitorizando porque lo más importante es asegurar que nuestros productos llegan a las personas que lo necesitan.
P. ¿Prevé el grupo reforzar las inversiones o su capacidad en Estados Unidos para mitigar la situación?
La compañía tiene un plan en EE UU en línea con nuestro objetivo de asegurar que la innovación llegue a todos los paciente. Evidentemente, a los pacientes de EE UU, los agricultores, los que trabajan con nosotros y, por supuesto, al consumidor. Bayer se ha caracterizado por trabajar de manera adecuada con todas las Administraciones estadounidenses, también con la de [Donald] Trump. La situación es dinámica y, por lo tanto, la seguimos muy de cerca porque los mensajes pueden ir cambiando de un día para otro.
P. ¿Puede detallar los próximos lanzamientos de la compañía?
R. Antes, un poco de contexto de los dos últimos años. En el área de cardiovascular hemos lanzado dos productos: uno para la insuficiencia cardiaca y otro para pacientes con enfermedad renal crónica y diabetes tipos 2. En oncología, contamos con un producto para el cáncer de próstata y en oftalmología, hemos puesto a disposición una nueva formulación de un producto lanzado hace unos años para patologías de retinas y que espacia las inyecciones intravítreas, en el ojo, a cada cinco o seis meses en vez de tres meses, lo que habíamos conseguido antes con este medicamento; los existentes eran de aplicación mensual [el producto está financiado por la Seguridad Social]. Esta terapia trata y previene dos de las causas mundiales más importantes de la ceguera: la degeneración macular asociada a la edad y el edema macular diabético, una de las posibles patologías oculares relacionadas con la diabetes.
P. ¿Y los que están en cartera?
R. Tenemos un pipeline robusto. Lo más cercano, aprobado por la Comisión Europea desde febrero y que esperamos que llegue a España como tarde en 2026, es un producto para la amiloidosis cardiaca por transtiretina, una enfermedad infradiagnosticada. En cartera, en fase tres, tenemos una terapia para la prevención secundaria del ictus, es decir, para pacientes que ya lo han sufrido y que se tienen que tratar para prevenir el siguiente porque la recurrencia es alta desgraciadamente. Y en trámite de autorización por parte de la Agencia Europea del Medicamento tenemos otra para los síntomas asociados a la menopausia natural e inducida por determinados medicamentos oncológicos.

P. ¿Hay de nuevo escasez de su popular medicamento Adiro; algunos pacientes no lo consiguen?
R. No hay ninguna situación de desabastecimiento ni este año ni en 2024 ni en 2023. El problema con la planta de Alemania se solucionó en su momento.
P. La instalación de Langreo (Asturias), que acaba de cumplir 80 años, precisamente es clave en la fabricación del principio activo de la aspirina. ¿Cuál es la producción?
En esta planta se fabrica el 100% del principio activo para todo el mundo. Si hablamos de producción anual del centro podemos decir que, de media, cada día hay 20 millones de personas repartidas por todo el mundo que consumen un comprimido que lleva dentro ácido acetilsalicílico fabricado en La Felguera. Si ponemos en fila india estos comprimidos, nos daría los 40.000 kilómetros que necesitamos para dar la vuelta al mundo [no dan datos de producción].
P. Reino Unido ha desaconsejado la aspirina para prevenir cardiopatías y el síndrome de Reye.
R. Todos los estudios globales y la experiencia en vida real no solo de Adiro sino de todos los medicamentos que monitorizamos no han revelado nada que nos haga pensar que los datos que avalan la eficacia y la seguridad del producto hayan cambiado.
P. ¿Cuál es la previsión de ingresos este año tras las pérdidas en 2024?
R. A escala global, el grupo cerró el año fiscal 2024 con 46.600 millones de euros, un crecimiento del 0,7% respecto a 2023, con la división farmacéutica y de autocuidado creciendo entre un 2% y casi un 4%, y agricultura decreciendo un 2% por el precio de los productos para protección de cultivos en Estados Unidos. Vamos a España. En 2024 cerró con 822 millones de ventas y la distribución de esa cifra es: cerca del 50% corresponde a la división farmacéutica, con 410 millones y un alza del 4%; la de agricultura, representa el 35% del total, en torno a 286 millones, creció doble dígito, un 12%, gracias a una consolidación de la posición de liderazgo, sobre todo vinculado al segmento de insecticidas, herbicidas y semillas. Y por último, la de autocuidado, que representa casi el 15% de la facturación, 126 millones, creció un 9% en todos los canales y categorías. No trabajamos con previsiones anuales porque el mercado es muy dinámico, lo que sí puedo comentar es ese mensaje que ha lanzado nuestro CEO global de la recuperación a partir de 2026, que sigue siendo válido por el buen desarrollo de los últimos lanzamientos en el área farmacéutica ya comentadas en cáncer de próstata, cardiorrenal y patologías de retina.
P. ¿La división farmacéutica es la que va a impulsar ese crecimiento más que la agricultura?
R. Hacer previsiones siempre tiene el riesgo de hacerlo mal. Te diría que […] a pesar de todo lo dinámico que son estos mercados, estamos manteniendo el crecimiento. El área farmacéutica contribuye claramente, las áreas de agricultura y autocuidado tienen innovación que pueden también contribuir a medio y a largo plazo a ese crecimiento.
La diferencia entre Europa y EE UU en inversión de I+D farmacéutica era de 2.000 millones, hoy es de 25.000 millones. No necesitamos más datos
P. ¿Contempla compras o alianzas como la recién hecha con la firma brasileña Megalabs? ¿Seguirán impulsando este tipo de estrategias?
R. Este tipo de estrategias siempre están encima de la mesa, es decir, siempre estamos observando y pensando cuál es la mejor manera que toda nuestra innovación llegue a todas estas personas que la necesitan. Desde luego, las alianzas, en determinados momentos y en función de la división, la situación y la dinámica de mercado, son una alternativa que valoramos.
P. Hay muchos cambios normativos en el sector, actualización de las estrategias… ¿Qué opina sobre el anteproyecto de ley de precios de referencia?
R. Es muy positivo porque viene a legislar y actualizar una norma de más de 30 años. Hay algunos puntos en los cuales Farmaindustria, como asociación, y nosotros como parte de ella, no estamos de acuerdo y se han presentado alegaciones. Espero que este diálogo nos lleve a un texto final que nos ayude a hacer frente a todos a los distintos retos que impone el sistema sanitario en el contexto geopolítico en el que estamos.
P. Otro desafío es la pérdida de competitividad del sector en Europa.
R. Europa era el motor de la I+D global: hace 20 años representaba el 41% de toda la inversión en I+D mundial; hoy es del 31%. En concreto, la diferencia entre Europa y EE UU en inversión de I+D farmacéutica era de 2.000 millones, hoy es de 25.000 millones. No necesitamos más datos. No solo es EE UU, aquí hay países emergentes como China y otros mercados asiáticos que debemos tener presentes. Necesitamos un marco normativo predecible que permita la tracción de inversión para el desarrollo de innovación y la consolidación del tejido productivo. Se trata de ligar la inversión al desarrollo y que ese desarrollo se pueda producir y llegue a todos los pacientes europeos. Este es el punto de autonomía estratégica.
P. ¿Cuáles son los retos y dificultades en agricultura ante un calentamiento global que va a más y el endurecimiento de las directivas europeas?
R. Es un reto global. Si hacemos una proyección a 2050 vamos a ver una población muy creciente, envejecida y con un cambio climático cuyo impacto creo que es clarísimo por los efectos que está teniendo. Eso significa necesidad de más alimentos para una población creciente y sobre un terreno que va a tener más dificultades de que sea cultivable. ¿Cómo lo estamos afrontando? A través de la innovación, no solo desde un punto de vista de los productos, y aquí hablamos de esas semillas que podemos obtener con nuevas tecnologías genómicas, que nos permiten cultivos más eficientes y resistentes. Me vas a permitir, porque me encanta este proyecto, [hablar de] una semilla desarrollada en los centros de I+D del sur de España, en nuestra división de agricultura, de un maíz de baja estatura con una mayor resistencia a las inclemencias meteorologías (como el viento) porque, simplemente, la planta es más baja, y ganamos en resistencia pero también en eficiencia. Es decir, podemos obtener mayor producción en un mismo número de hectáreas. Por otro lado, estamos siendo muy activos en técnicas de agricultura regenerativa, producir más con terrenos que cada vez son menos arables y asegurar que ese mismo terreno, que nos da una cosecha, nos permita continuar con nuevas producciones con un suelo que esté lo mejor posible. Ahí tenemos productos específicos que favorecen esa agricultura regenerativa.

‘Caso Essure’
El servicio de salud gallego afronta una decena de demandas por recetar el anticonceptivo Essure de Bayer. Este dispositivo fue retirado en España en 2017 ante las denuncias de pacientes (también de EE UU, Francia y Países Bajos) que han sufrido perforación en el útero y las trompas de falopio tras su uso.
En una pregunta posterior a esta entrevista, la multinacional defiende por correo “la seguridad y eficacia de Essure, que está respaldada por un robusto cuerpo de evidencia científica que incorpora los resultados de 10 ensayos clínicos y más de 150 estudios realizados por Bayer e investigadores independientes durante los últimos 20 años”.