Todos ellos, idóneos para vestir junto a camisetas de manga corta (el tiempo que lo permita el entretiempo) o encima de guantes y mangas, al estilo de Alaïa.
Brazaletes de Alaïa, otoño-invierno 2024Vogue Runway
Brazalete de Chloé, otoño-invierno 2024Vogue Runway
Brazaletes de Dsquared2, otoño-invierno 2024Vogue Runway
Brazalete de plata de Burberry, otoño-invierno 2024Vogue Runway
Un material: las perlas
Aunque típicamente veraniegas por su asociación con el fondo marino, las perlas llegan a la nueva estación con ánimos renovados. Con una variedad impresionante, se cuelan en pendientes o chokers. Piezas muy diferentes entre sí que cuentan con este elemento común, convirtiéndolas en protagonistas o por el contrario, reduciéndolas a un papel secundario.
Esta versatilidad depende del tamaño de las mismas, con el volumen amplio de las gargantillas de varias vueltas de Armani Privé y el contraste frente a Christian Dior, que se sitúa en el extremo opuesto con una aproximación más sencilla. Dos caras de la misma moneda en la que se dan tanto de forma natural como con superficies pulidas, siempre manteniendo sus reflejos nacarados.
Perlas de Armani Privé, otoño-invierno 2024Vogue Runway
Perlas de Christian Dior, otoño-invierno 2024Vogue Runway
Piercings (sí, en el rostro)
Como influenciadas por el personaje de Jacob Elordi en Saltburn y el vestuario de los “niños ricos” de 2006, las modelos saltaban a las pasarelas llenas de piercings faciales. Ya sean en el labio y con aspecto de pincho como los de Dion Lee, o el archiconocido septum de Courrèges y Balenciaga, está claro que esta es una de las tendencias más controvertidas de la temporada.
Sin embargo, y a pesar de tener el mismo número de defensores que de detractores (o tal vez precisamente por eso), los piercings llegan también para ocupar lugares más aceptados por la mayoría como son las orejas. En concreto, al llenar la zona exterior de la misma de aros, con diferentes tamaños y un resultado hiper decorado: el mayor miedo para las que tienen aprensión a las agujas.
Piercings en el labio de Dion Lee, otoño-invierno 2024Vogue Runway
Septum de Balenciaga, otoño-invierno 2024Vogue Runway
Una forma: conchas, amonites y caracolas
Las caracolas, al igual que las perlas, no son sólo para el estío. Estos motivos costeros, que Simorra y Balmain añadían a sus respectivas pasarelas, nos llevan hacia el mar para destacar sus espirales. Lo hacen con fósiles como los amonites, fácilmente identificables y que también sobreponen en cinturones.
Collina Strada hace lo propio con collares de conchas e incluso, también se introducen características marineras como los eslabones de las cuerdas de pesca, transformadas en pendientes. Esta última es la interpretación de The Attico, que a pesar de contar con una inspiración más conceptual, la deja clara en su colección ready-to-wear, con fotografías que instantáneamente recuerdan a una escapada tropical.
Pendientes de caracoles de Balmain, otoño-invierno 2024Vogue Runway
Pendientes de amonites de Simorra, otoño-invierno 2024Vogue Runway
Collar de conchas de Collina Strada, otoño-invierno 2024Vogue Runway
Pendientes de conchas de The Attico, otoño-invierno 2024Vogue Runway
Pendientes: el renacer de la plata
Tras temporadas con el oro en la mayoría de desfiles, ha llegado el turno de que la plata vuelva a rivalizar con él. Específicamente en pendientes con siluetas maximalistas. Es el caso de Bottega Veneta, Coperni, Jean Paul Gaultier o Coach, que incrusta además brillantes para una mayor reflectancia.