La música de Juan Wauters ha solido ser difícil de clasificar por su fusión de estilos (pop, indie, folk, ritmos latinos), sus variados métodos de grabación (caseros o profesionales) o su espíritu nómada: las canciones transmiten un espíritu viajero e independiente y han podido ser registradas en diferentes lugares del mundo, principalmente en Nueva York o en países de Latinoamérica. Pero ahora Wauters, que ha vivido en Nueva York desde los 17 años, ha decidido volver al país que lo vio nacer.
‘MVD LUV‘ es el primer disco de Wauters grabado solamente en un sitio, Montevideo, donde Wauters se ha mudado. Antes, las canciones de Wauters habían podido versar sobre la experiencia de un uruguayo migrado a Queens, pero ‘MVD LUV’ es el trabajo de un artista que al fin ha encontrado un «hogar después de buscarlo» incansablemente, como canta en la sincera canción a capela ‘Lonely By Myself’.
No es esa composición representativa de un álbum que vuelve a reflejar un espíritu doméstico y artesanal, hasta el punto de que algunas pistas, como ‘Aeropuerto’, literalmente abren la ventana a la calle para escuchar la música que se oye fuera. Y esa música vibra con las percusiones del candombe uruguayo, integradas de manera radical en ‘La Lucía’, donde la cuerda de tambores constituye la práctica totalidad de la grabación.
Las percusiones forman la seña de identidad de un ‘MVD LUV’ que también asimila influencias de la murga uruguaya. Composiciones como ‘Mutuación’ transmiten esa sensación de júbilo popular, a pesar de que la letra vuelve a ser muy personal y autobiográfica: Wauters reflexiona sobre la capacidad de su música de conectar con el público. Pero no debe dudar cuando escribe canciones tan pegadizas como ‘If It’s Not Love’, elevada gracias a un arreglo de saxofón; o la simpática y tierna ‘Dime Amiga’, en la que brinda su apoyo a una colega que se encuentra atravesando un momento duro.
La cotidianeidad de las letras es un elemento reconocible del arte de Wauters y, en ‘MVD LUV’, está expresada a través de viajes en coche (‘Manejando por Pando’), de pasajes diarísticos como el de ‘Acting Like I Don’t Know’, o de paseos solitarios por una ciudad que es nueva aunque no lo sea realmente. ‘Ando con Miedo’ es representativa también de un disco que se compone de breves viñetas de la vida de su autor, tan directas que parecen escritas y grabadas en el momento.
No transmite esa sensación de improvisación, sin embargo, un trabajo lleno de curiosidad musical que incluye diferentes arreglos de saxofón, flauta, sintetizador o una variedad de tambores como el repique o el chico, entre otros. Aunque algunas canciones son tan breves que pueden durar un minuto, están cargadas de mensaje y significado, los que vierte un artista que ha visto mundo, pero que ha vuelto a casa.