Quien ha sido cantante, artista plástica y actriz, con múltiples alter egos a lo largo de su trayectoria, tenía este proyecto entre manos desde hace ya algunos años. La conversación sobre la película que Julia de Castro había rodado era habitual en los círculos cinéfilos. “Era algo que tenía ahí, pero no me atrevía mucho porque pensaba que era algo inviable hasta que María Royo, que es la codirectora, me miró y me dijo que pensaba que yo estaba más que preparada. Fue ella la que me empujó”, cuenta. “No entendería este trabajo sin ella, lo veo inseparable porque he empezado junto a María. La idea era hacer ficción, hacer cine y la mitad de las personas que han trabajado aquí tenían una media de 25 años y no contaban con mucha experiencia. Lo que sucedió fue mágico porque en realidad estábamos inventándonos cómo hacerlo”.
On the Go explora un terreno quizá tratado con anterioridad en el cine, pero desde luego no desde la óptica que se usa aquí. Milagros vive obsesionada con dar a luz, pero a la vez no quiere dejar de aferrarse a lo que queda de su juventud. “No es que yo esté obsesionada con la maternidad porque en ficción llevas a los personajes al límite, pero sí me he encontrado en el proceso de experiencia monomarental, que la sanidad aquí en España te cubre, aunque es algo muy largo”, explica De Castro. “Milagros es el nombre de mi tía y de mi abuela, pero es que esta película es un milagro en sí”, comparte. Esto no es cinéma verité, pero tiene mucho de realidad. “Como dice Lucrecia Martell, hay que crear desde lo que tenemos cerca. Hay mucha ficción que no nos corresponde, muy americana, y eso no recrea la realidad de tanta gente”, cuenta. “Todos los personajes tienen ese reflejo en la vida real. Omar Ayuso hace de Jonathan y ese Jonathan existe, es mi mejor amigo. Todos tienen esa parte en la vida real”, añade. La película también tuvo algo de terapéutico para la actriz en ese proceso de búsqueda de la maternidad. “No tenía trabajo, no tenía dinero y no tenía pareja. María me preguntó si de verdad consideraba que ese era el mejor momento para ser madre”, recuerda entre risas. “Hay muchas películas sobre una maternidad consciente y pensada, pero existe ese otro lado y hay verdaderas locuras. Nos encanta retratar también esa parte”, reflexiona. “Somos mujeres artistas que prácticamente no nos podemos permitir ser madres y nuestro maternar tiene que ver con el arte, en este caso con el lanzar una película. Yo no tuve una hija, tuve una película”.