Sonrisa deslumbrante, grandes ojos castaños, melena cobriza… Un momento, ¿Julia Roberts se ha vuelto rubia? La actriz, que ha cambiado su característico color de pelo por un rubio mantequilla listo para el verano, estrenó su nuevo look en una gala de recaudación de fondos en Hollywood el pasado fin de semana, donde se codeó con otras grandes personalidades como el presidente de EE.UU. Joe Biden, el expresidente Barack Obama o su viejo amigo George Clooney.
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Han pasado unos meses desde su última aparición pública, pero la última vez que vimos a Roberts llevaba el pelo largo, ondulado y castaño cobrizo. Este nuevo peinado es mucho más corto –justo por la clavícula– y viene marcado por grandes ondas y un flequillo cortina enmarcando el óvalo facial. Además, la elección de ese particular de tono pajizo le hace una piel más luminosa y fresca, señal definitiva de haber elegido el color de pelo perfecto. El nuevo peinado, con mucho cuerpo y movimiento, complementaba muy bien la silueta del vestido negro de Julia.
A sus 56 años, Roberts se ha mantenido siempre fiel a un look de belleza caracterizado por su naturalidad, por lo que el nuevo estilismo capilar supone un cambio notable. Sin embargo, la transición al rubio ha sido gradual, como explicó su colorista, Kadi Lee, de Highbrow Hippie: «Cuando hago cambios drásticos de color, en este caso del pelirrojo al rubio, mi enfoque es siempre el mismo: lento y metódico, manteniendo siempre la salud y la integridad del cabello, ante todo», dijo, explicando que se necesitan varias sesiones para hacer un cambio de color tan radical.
Lee, que elogia el pelo de Roberts como el «mejor lienzo», desglosó el proceso con que fue creando el rubio multidimensional que luce ahora la estrella, añadiendo secciones más claras alrededor de la cara para aportar luz a su piel y diferentes tonos en medios y puntas para un acabado natural. La amplia sonrisa de Roberts lo decía todo: el cabello del verano en su máxima expresión.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com