Kim Kardashian es toda una experta en juguetear con las alfombras rojas y en convertirlas en una breve performance
Siempre se habla de que la moda es cíclica, de que todo vuelve, y hay quienes se lo toman a lo literal. Concretemos, porque la persona de la que vamos a hablar no es otra que Kim Kardashian, quien, de alguna manera, se autorreferenció a sí misma en la alfombra de la Academy Museum Gala 2025 la pasada noche del sábado.
Digamos que no es nueva en esto de buscar las propuestas más arriesgadas de los diseñadores, de lucirlas con esmero y de preparar una breve performance con ellas. Pero tampoco es la primera vez que lleva esta costumbre al extremo, cubriendo su rostro por completo. Así es: la socialité lució anoche un vestido de Maison Margiela (concretamente, de la colección Alta Costura otoño-invierno 2025/26 y la que supuso el debut de Glenn Martens en la firma) de corte strapless, con mangas largas sueltas que caían en forma de capa dramática desde los brazos y una parte superior encorsetada y muy ceñida.
Lo más impactante del look fue la cobertura total del rostro, con una tela del mismo color que el vestido, creando una estética enigmática y vanguardista que, inevitablemente, recordó a su aparición por la MET Gala de 2021. En aquella ocasión, escogió un diseño de Balenciaga con botas-leggings de punta fina y tacón alto que desaparecían bajo un vestido-camiseta ajustado, y por el que también asomaban unos guantes largos y el elemento común entre ambos estilismos: la máscara de tela.