Así fue la boda en Algarve de Carolina y André
Carolina y André llevan prácticamente toda la vida juntos. Se conocieron hace 15 años, mientras estudiaban arquitectura en la Universidad de Oporto. “Éramos muy jóvenes, empezamos como amigos pero pronto nos dimos cuenta de cuánto nos gustábamos. En una clase, nos sentamos el uno al lado del otro, y André robó mi cuaderno para escribir su número de teléfono y su correo electrónico, fue justo al inicio de la clase, eran las 10:10”, cuenta la novia. “Tenemos un reloj muy antiguo en casa, con más de un siglo de historia. Dejó de funcionar un día y, en vez de llevarlo a arreglar, André fijó las agujas con la hora del inicio de aquella clase. Marca las 10:10 desde que me pidió matrimonio”.
Después de tantos años de amor, André se decidió a dar el paso y le pidió matrimonio a Carolina de manera inesperada para ella. “Fue un día normal de noviembre, en mi ciudad natal, en la que ahora vivimos. Junto al río, en un parque, con una luz preciosa”, rememora la novia. Para la propuesta, André eligió un anillo de oro portugués con una flor de diamantes. “Este anillo refleja a la perfección lo que soy y lo que me gusta. Con él me preguntó si quería continuar este viaje de por vida. Y yo acepté”, explica.
Días de Vino y Rosas
Días de Vino y Rosas
Llegó el momento de organizar la boda. “Queríamos que nuestra boda fuera en la naturaleza. A ambos nos encanta estar rodeados de naturaleza, en jardines, cerca del mar. Así fue como siempre imaginamos nuestra boda”, cuentan sobre su elección de celebrar el enlace en Algarve. “Decidimos casarnos en un lugar muy especial para nosotros, el lugar en el que siempre pasé las vacaciones familiares desde que nací, y también donde André me acompañaba desde hace 10 años. Después de la propuesta de matrimonio, fuimos al nuestro Algarve el fin de semana para celebrarlo. Era noviembre, nos dimos un chapuzón en el mar y fuimos a el lugar donde queríamos casarnos. No buscamos más, en ese fin de semana de noviembre decidimos el lugar en el que nos casaríamos”, aseguran.
Para la organización contaron con Catarina, de Oh Weddings, que les acompañó en todo el proceso desde el principio. “Nos casamos en un jardín frente al mar con un paisaje espectacular, y la naturaleza que nos rodea es tan fuerte y bonita que quisimos que la decoración y los colores fueran lo más simples posible para no competir con el paisaje. Elegimos el blanco, optando por diferentes tonos de blanco”, comentan los novios.