La boda en Cantabria de Isabel y Adolfo: una celebración en un lugar muy especial para la pareja
Organizar una boda en una finca familiar puede suponer todo un reto: muchas veces, implica construir desde cero lo que en otros lugares ya viene dado. Pero también tiene algo profundamente mágico que hace que ese día sea doblemente especial. Casarte en la finca en la que creciste o en ese rincón en el campo en el que has veraneado desde niña, convierte la celebración en algo íntimo y profundamente personal. Cada árbol, cada rincón, cada atardecer tiene un recuerdo asociado y ahora, cada vez que vuelvas a pisar la finca, te recordará a uno de los días más felices de tu vida.
Así lo vivieron Isabel y Adolfo, que celebraron su enlace en una finca familiar en Ruiloba el pasado 5 de julio. “Se montó todo de cero: tarima, carpa, aseos, cocinas… es lo malo de hacerlo en casa. Lo bueno es que ves cómo se hace realidad lo que llevas planificando al milímetro durante un año”, confiesa la novia. El resultado fue una celebración campestre, elegante y auténtica, donde todo, desde el entorno hasta el vestido firmado por Navascués, hablaba de la personalidad sencilla de la pareja.
Isabel, nacida en Bilbao, se crió en Santander. Adolfo, por su parte, es madrileño. Fue precisamente en la capital donde se conocieron. “Fui a estudiar a Madrid y, como dicen, me quedé por amor”, confiesa Isabel. “ Nos conocimos un fin de semana lluvioso de febrero en Santander, él había ido a casa de un amigo y yo había ido a despedir a una amiga que se iba un tiempo de año sabático. Una casualidad total. Hemos tenido un noviazgo corto, pero teniendo claro desde el principio el objetivo”, añade la novia.
Cantabria siempre fue un lugar muy especial para la pareja y, además de la boda, Adolfo tenía pensado pedirle matrimonio a Isabel en Santander. “Teníamos planeado ir un fin de semana, pero hubo cambio de planes de última hora por el clima, algo bastante típico en el norte, y al final me lo pidió en mi casa de Madrid. Algo sencillo y discreto, como él”, zanja.