Una boda en Mallorca con aire mediterráneo
Lo que a priori parecía un amor de verano corto, se convirtió en una de esas historias de amor eterno que merecen ser contadas. Lorraine y Martín se conocieron en Palma de Mallorca, isla donde la novia a pasado todos sus veranos con su familia. Pero, todo cambió cuando un amigo en común les presentó . Tras una relación adolescente a distancia, volvieron a reencontrarse en Madrid en su etapa universitaria, hasta hoy, convertidos en marido y mujer.
Como no podía ser de otro modo, la pareja se casó en la isla en la Església Nova de Son Servera. Ambos organizaron un enlace donde el protagonista fuese el mediterráneo, con algunos guiños a Galicia, homenaje a la ciudad donde el novio se crió. «Teníamos claro que queríamos potenciar la belleza natural de la Iglesia y del campo mallorquín con elementos naturales y flores que pudieran haber crecido allí de forma natural, y que no eclipsasen el paisaje», admiten. Para ello engalanaron el espacio con minimalistas arreglos florales en tonos verdes y detalles blancos. Además, para la entrada añadieron unas pequeñas cestas de mimbre de diferentes alturas y flores, que encajaban a la perfección con la esencia de la Iglesia.
La belleza de la isla como protagonista de la decoración
El lugar escogido por los novios para la celebración fue la finca Museo Els Calderers, un espacio con mucho encanto, cargado de historia de la isla. Para la decoración optaron dar todo el protagonismo a la belleza natural del espacio con elementos neutros y en tonos tierra. Como sillas en color madera, manteles blancos con detalles en mimbre, o cítricos adornando las mesas que aportaban ese toque mediterráneo. El seating plan fue obra de la hermana del novio, la cual, hizo pequeños dibujos de elementos o lugares emblemáticos de Mallorca y de Galicia, como sobrasada, calas, plato de pulpo a la feire o playas de las rías baixas.
Un vestido de novia minimalista con escote ‘off the shoulder’
Para su boda en Mallorca, la novia lució un diseño minimalista de Valenzuela atelier, protagonizado por un escote estilo off the shoulder drapeado con textura y mangas fluidas semitransparentes. La parte de la falda llevaba una larga cola, también con textura. Como zapatos la novia optó por unas sandalias de tacón de Flordeasoka, que más tarde sustituyó por unas alpargatas blancas de Castañer. Para completar el look la novia llevó su anillo de compromiso, diseñado personalmente por Martín, y unos pendientes largos de M de Paulet, regalo de los primos de Lorrine. La novia además lució un ramo diseñado por Floristería Can Murtó, elaborado con 13 peonías blancas con tallo largo, como homenaje a sus 13 años de noviazgo.
Por su parte Martín, optó por un chaqué oscuro de la firma Bund, que combinó con unos zapatos de Meermin, corbata de Brunati Como, y un reloj Tag Heuer Aquaracer, regalo de la pedida.
