Organizar una boda con una estética tan marcada no es tarea fácil, y menos a distancia. Cris y Marc consiguieron alcanzar sus objetivos gracias al trabajo de Lara y María, de La Petite Mafalda, sus wedding planners. “Ellas nos dieron un trato súper cercano y atento. El día de la boda todo salió perfecto y estoy segura de que no hubiese sido posible sin ellas” cuenta.
Los elementos principales por los que optaron los novios para reflejar lo mediterráneo y menorquín fueron las cerámicas y el juego de luces. “Para la iluminación contamos con unas lámparas maravillosas de Blanca Madruga. Blanca es una ceramista que tiene su taller en Mahón y cada una de sus piezas tiene una sensibilidad especial”, dice la novia.
Ereaga Studio
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Las flores del evento también fueron una parte esencial para conformar la temática de éste. “De las flores se ocupó Alai Zimmerman. Alai crea diseños florales y vegetales que brotan del paisaje menorquín, con flora silvestre y cultivada por ella en sintonía con el entorno”, declara Cris.
Además, las raíces del amor entre Cris y Marc se pudieron observar en la papelería. Los diseños realizados por Mujer Jardín estaban inspirados en las palmeras de Los Ángeles, donde los novios se conocieron.
Los vestidos de novia: madre e hija unidas por la moda
Para el día más importante de su vida, Cris eligió crear un vestido de novia de Teresa Helbig junto a su madre. Ella considera esta parte de la organización de la boda como la más bonita y la que más ha disfrutado, ya que, cada vez que tenía que probarse el vestido, tenía que pasar un fin de semana entero con su madre en Barcelona. Los zapatos elegidos para la ceremonia fueron unas sandalias plateadas de Gucci vintage.
La unión de Cris con su familia se hizo aún más evidente en su look gracias a los accesorios, un broche colocado en el velo que perteneció a su abuela y un anillo de su madre. Todas estas joyas las combinó con unos pendientes vintage de Leandra que llevaban un cuarzo ámbar, piedra que simboliza la buena energía y el amor.
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El linaje de la novia también estaba presente en su ramo de flores. “Mi ramo fue de peonías, que es la flor favorita de mi madre”, comenta Cris.