Una boda en Sevilla que resume la magia que surge cuando dos culturas se encuentran
Christelle es Líbano-alemana-americana y Carlos, su ahora marido, es español. Se conocieron en Nueva York, en el Liceo Francés, pero aunque reconocen haber estado interesados el uno por el otro, no fue hasta 8 años después que comenzaron a salir, después de coincidir en la misma fiesta en Brooklyn. Como se puede intuir en el comienzo de esta historia, el idilio de Christelle y Carlos no conoce fronteras.
Para rizar todavía más el rizo, celebraron su boda en Sevilla en el mes de octubre, después de realizar el matrimonio civil en Nueva York en abril. “Al principio consideramos la posibilidad de celebrarla en el Líbano, pero al final decidimos que España era la mejor opción para nuestra familia y amigos que venían desde EEUU, Europa y el Medio Oriente. Después de visitar el sur de España juntos, nos enamoramos de los paisajes andaluces, y de la arquitectura árabe, muy similar a la del Líbano, el país de origen de Christelle y su padre”, nos cuenta la pareja.
DOSMASENLAMESA
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Así pues, la ceremonia religiosa tuvo lugar en la Escolanía de los Palacios y la recepción, el cóctel, la cena y la posterior fiesta se realizó en la Hacienda de los Molinillos, un enclave rodeado de palmeras, naranjos y olivos.
Los dos vestidos de la novia tuvieron esencia vintage
Para este día tan especial, Christelle rescató el vestido de novia de su madre, un diseño de los 90’s que fue ligeramente customizado por Mónica Calles para reflejar el estilo personal de la novia. “Cambiamos los botones de cristal originales por unos dorados vintage», cuenta. «Completé mi look con una mantilla de 1880 que encontró Mónica. Una auténtica joya. Para sujetar la mantilla, llevé un broche art deco que perteneció a la abuela de Carlos. A mi suegra le hacía mucha ilusión y yo estaba encantada de llevar algo con tanto valor sentimental», añade la novia.
Además del broche, la novia llevó otras joyas muy especiales, como unos pendientes vintage de Ashley Zhang que combinaban perfectamente con el anillo de pedida hecho por Stephanie Gottlieb, que también llevó. “En la otra mano llevé un anillo vintage Falamank, diseñado por el joyero libanes Selim Mouzannar, y regalado por mis primos el día antes de la boda. De origen Otomano, tiene aproximadamente 100 años”, desvela la novia.
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Para la fiesta, se cambió y eligió un conjunto de Dior vintage, que combinó con un tocado de camelia de Chanel y unas sandalias plateadas.