La boda en Valencia de Nuria y Mehdi: un atardecer en la Albufera
La historia de amor de Nuria y Mehdi comenzó en Holanda. Corría el 2009 cuando ambos se encontraban de Erasmus en los Países Bajos. “Lo que empezó como una relación de compañeros de residencia y universidad, ha culminado en boda, gracias a un beso furtivo en un viaje que hicimos juntos a Edimburgo”, cuenta la pareja. Después de un año de relación a distancia desde su estancia en Holanda, Barcelona los unió de nuevo. Vivieron en la ciudad condal 3 años antes de mudarse a Madrid, la ciudad en la que viven actualmente junto a Pistacho, su perrito.
Krístel Aragón
Krístel Aragón
Krístel Aragón
Como muchas parejas, la pedida de mano llegó en un viaje. En el caso de Nuria y Mehdi en Menorca. “La pedida no podía ser en otro sitio que no fuera Menorca. Llevamos escapándonos a Menorca muchos veranos, y el verano pasado, tras varios intentos de atardecer fallidos, recalamos en Nonna Bazaar, “un oasis en la campiña menorquina”, como ellos lo describen, en el que quedarse a vivir, eso lo añadimos nosotros. Tras una fabulosa cena, fuimos a la capilla que tienen y a la luz de las velas me entregó el anillo soñado, rubí y diamantes de Suarez”, cuenta la novia. Ya lo era, pero desde entonces la isla se convirtió en algo todavía más especial para la pareja. Tanto es así que en su boda, que tuvo lugar el pasado 20 de julio en El Tancat de l’albufera, ella entró en un Mehari. “No existe coche más isleño que un Mehari”, confiesa.
La novia llevó tres looks nupciales diferentes
La novia llevó tres looks nupciales diferentes. El primero de ellos, que llevó durante la gran parte del evento, fue de Redondo Brand. “Me costó definir lo que quería y en cuanto me reuní con Jorge tuve claro que sería con él. Era uno de los procesos que me generaban más estrés, sin embargo, ha sido uno de los que más he disfrutado, tanto Jorge como su equipo Cris, Carol y Yoli, me hicieron sentir comodísima en cada una de las pruebas. Y el resultado no me pudo gustar más. Tenía claro que quería cintura baja. El detalle del volumen en el corte entre la falda y el busto me pareció un toque muy redondo”, explica la novia.
Krístel Aragón
Krístel Aragón
Como segunda opción llevó un kaftán marroquí, en homenaje a las raíces del novio y, por último, llevó un vestido corto: “ quería algo totalmente diferente, y me decanté por un modelo de Redondo White, del cual me enamoré nada más me lo probé”, zanja.