Una boda en Vejer de la Frontera con vistas a la playa
A veces, el amor llega a tu vida como un anticiclón y lo pone todo patas arriba. Es el caso de Violeta y Cristóbal, que se conocieron hace ya seis años por redes sociales. Por aquel entonces, ella vivía en Barcelona y, la conexión fue tan profunda que en menos de seis meses, la co fundadora del estudio de Interiorismo Nobo Estudio se mudó a Sevilla para lanzarse a la aventura con él.
Seis años después de esta historia, la propuesta de matrimonio llegó en un viaje a Roma. “Fue dando un paseo por la Vía del Corso”, recuerda Violeta. Sin más tiempo que esperar, Violeta y Cristóbal organizaron su boda en tiempo récord y, aunque el tiempo apremia cuando se trata de una celebración nupcial, lograron casarse dos meses después. “Todo salió a pedir de boca”, cuenta.
Marta Casado
Marta Casado
Se casaron el pasado 27 de abril en una ceremonia de lo más íntima y sencilla. Después de pronunciar el ‘Sí, quiero’ en la Iglesia del Divino Salvador, en Vejer de la Frontera, los novios celebraron el convite en Trafalgar Polo Club, un enclave único, con vistas a la playa de Mangueta, donde se respira naturaleza.
Marta Casado
El vestido de la novia: un diseño sencillo y desmontable
Para la ocasión, Violeta se puso en manos de García Forcada, un diseñador sevillano que elaboró el vestido de sus sueños a pesar de la poca antelación. “Ella es sencilla y elegante, es la fiel representación del menos es más, algo que me apasiona», dice el diseñador. “Quería algo suelto y con los brazos cubiertos, entonces le propuse hacer el diseño en raso de seda”, añade.
El resultado fue un diseño desmontable, una tendencia en auge a la que muchas novias se están sumando porque ofrece la posibilidad de llevar varios estilos con un único diseño. “Me gusta que las novias lleven un vestido que se va deshaciendo, con el que te vas quitando piezas dependiendo de la ceremonia, del momento del día, de la fiesta”, dice García Forcada.