El desfile Otoño/Invierno 2024 2025 de Giorgio Armani Privé rinde homenaje al sentido de la serenidad a través del poder de las perlas
Giorgio Armani cree, y con razón, que la serenidad personal se ha perdido. Y ha ido a buscar precisamente en la perla la sensación de calma que todos necesitamos. «Para el próximo invierno, he creado prendas que evocan una idea de elegancia tranquila, discreta y lujosa al mismo tiempo. Las perlas, con su brillo que encanta y nunca deslumbra, me inspiraron para imaginar una mujer intensa, seductora, con un encanto lunar y apenas melancólico», explica el modisto.
Las perlas, asociadas a la luna y al elemento cristalino del agua, con su sabiduría y singularidad (al fin y al cabo, ninguna perla es igual a otra), simbolizan la pureza y la serenidad. Una dedicatoria de amor que Armani hace a las mujeres que le aman y visten sus creaciones, gracias a una colección opulenta y profundamente «armaniana», que pretende buscar en la belleza de una prenda la belleza más íntima que poseemos, ese sentimiento de calma interior que por una u otra razón a menudo olvidamos poner en práctica.
La necesidad generalizada de serenidad de las perlas vive en la narrativa del desfile de Alta Costura de Giorgio Armani Privé
Para crear una colección así, Giorgio Armani debe haber observado las perlas en profundidad, con su singularidad en facetas y formas, para infundir a sus prendas una sensualidad serena. Suavidad que vive en la liquidez de los tops, en la firmeza de los hombros, en la fluidez de los pantalones, en la finura de las transparencias y en el crescendo de la intensidad cromática.
De hecho, la colección, como una quimera, se articula desde la luz del día hasta los primeros rayos del día siguiente, pasando por un cielo estrellado: primero desfilan vestidos con matices brillantes, que se oscurecen gracias a la sastrería negra como besada por la luz de la luna, para luego volver a ese brillo suave y sereno propio del amanecer.
Además de perlas, bordados
Los vestidos son verdaderas esculturas bordadas y las perlas, basadas en el juego de luces que crean también gracias a los tejidos lujosos como de seda, el terciopelo y el tul, actúan como sinuosas compañeras en el movimiento natural del cuerpo. La silueta queda así diseñada, esculpida, gracias al poder del brillo. Y pura como una perla.
«La Alta Costura me permite envolver la ropa en una magia, inalcanzable en el prêt-à-porter«, concluye Armani, que añade: «Esta colección es la expresión perfecta de mi manera de imaginarla: es gráfica, pura, esencial, pero resplandeciente de brillo. Y, sobre todo, una colección que celebra el poder pacificador de la belleza y la armonía».
Este artículo fue publicado originalmente en Vogue.it