La cena a la que recurro cuando me siento hinchada
Sentir la tripa hinchada a medida que avanzan las horas del día es algo habitual y bastante general. La explosiva mezcla, tan habitual en mujeres, de vaivén hormonal/ sedentarismo/estrés/mala circulación sanguínea deriva, sobre todo a media tarde y por la noche, en una inflamación abdominal que poco o nada tiene que ver con la sensación de vientre deshinchado que tenemos al levantarnos. A mí me pasa habitualmente, pero hay ciertos momentos en los que la inflamación es mucho más acusada, sobre todo en esos días en los que apenas me muevo y mis niveles de estrés y, por tanto, de cortisol, suben de forma directamente proporcional a la hinchazón de mi cuerpo. Todo ello –a lo que sumo unos cuantos cafés con edulcorantes artificiales– me provoca una sensación incómoda de hinchazón a las 8 de la tarde que alivio, bastante, cuando recurro a esta cena ligera, saciante y antiinflamatoria que me ayuda a calmar mi estómago y a dormir mejor.
De primero: gazpacho o salmorejo con tacos de jamón
Ya lo dijo el dermatólogo Ricardo Ruiz. “Un vaso de gazpacho es el mejor nutricosmético”, precisamente porque es un plato rico en antioxidantes como tomate, pepino, pimiento y aceite de oliva, alimentos que, como él mismo dice, “prolongan la esperanza de vida”. Y lo confirma también la doctora Mar Mira, de clínica Mira + Cueto, que a la vuelta de vacaciones recomienda empezar las cenas con gazpacho o salmorejo (sin pan) cuando lo que se busca, además, es luchar contra la oxidación celular y detoxificar el organismo. Respecto a la posibilidad de poder tomarlo envasado –siempre tengo una botella en la nevera– los nutricionistas con los que he hablado sobre el tema no descartan esta opción, siempre y cuando esté elaborado con ingredientes reales (Carlos Ríos, dixit) y contengan aceite de oliva y no de girasol. En mi caso le suelo añadir, tal y como me aconsejó la experta en nutrición deportiva Sandra Lordén Álvarez, unos tacos de jamón serrano sin grasa para aumentar la carga proteica y su poder saciante.
De segundo: huevo a la plancha
El huevo es uno de los alimentos más versátiles y una de las proteínas de mayor calidad. Y aunque la versión tortilla francesa (mejor si es con atún) es otra opción, el huevo a la plancha, hecho en sartén antiadherente y con muy poquito aceite de oliva, me saca de la monotonía. “El huevo es ideal para dietas bajas en calorías y la mejor fuente de proteína natural”, nos confirmó el nutricionista Charles Orrico. Eso por no hablar de todas las vitaminas que aporta como la A, D, K y vitaminas del grupo B, vinculadas con el buen estado del sistema nervioso (de ahí que esta cena también ayude a dormir mejor).
De postre: un yogur sin edulcorantes
Terminar la cena con un yogur sin edulcorantes –yo lo prefiero entero, aunque la doctora Mira se decanta por las versiones desnatadas sin edulcorar– , me aporta esa sensación de cierre y calma para el estómago que necesito por la noche. “Es perfecto. Además es una forma de cambiar el sabor en boca. Para casos de intolerancia o disbiosis intestinal es mejor yogur de cabra o de oveja”, puntualiza la psiconutricionista Itziar Digón. Y Cristina Morillo, nutricionista de BluaU de Sanitas, confirma que los lácteos naturales sin azúcares añadidos como un vaso de leche tibia o un yogur natural, son una buena opción antes de irse a la cana. “Contienen calcio y triptófano, que promueven la relajación y el descanso”. Y a la hora de escoger un yogur es importante tener en cuenta esta regla de oro de los expertos: “Un buen yogur solo tiene que tener dos ingredientes; leche y fermentos lácticos”.