Los Angeles se acogió la gala Baby2Baby y una combinación de colores fue la máxima protagonista: el blanco y el negro
La moda sabe reinventarse, pero algunas combinaciones son eternas. La reciente gala de Baby2Baby en Los Angeles y los looks protagonistas lo han dejado claro: el blanco y negro se mantiene como una combinación que nunca falla. Durante esta noche benéfica celebridades del nivel de Katy Perry, Miranda Kerr, Heidi Klum y muchas más pasearon por su alfombra roja con los estilismos con los que soñamos de forma diaria. Además de recaudar fondos para ayudar a los niños que viven en situaciones de pobreza, la gala Baby2Baby fue una muestra de las tendencias más importantes de este otoño-invierno 2024/2025, entre las cuales destacaba el dúo de colores por excelencia y sinónimo de elegancia, versatilidad y atemporalidad: el blanco y el negro.
Esta combinación, lejos de ser monótona, demuestra una versatilidad infinita y un poder indiscutible para capturar miradas. ¡Qué se lo digan a Charlize Theron, Jasmine Tookes, Sofia Richie o Mindy Kailing! Las cuatro celebridades coincidía en lo mismo: el negro combinado con el blanco siendo los toques de uno u otro los detalles más especiales de sus atuendos.
En un año donde los excesos y los colores como el burdeos o el verde oliva han dominado muchas pasarelas, el regreso del blanco y negro en las elecciones de Baby2Baby es toda una declaración de intenciones. Cada celebridad interpretó estos colores a su manera, desde la sobriedad hasta el dramatismo, mostrando la capacidad del blanco y negro de adaptarse a cualquier estilo.
La gala Baby2Baby de este año no fue únicamente una noche en la que la solidaridad emergió como el principal objetivo con la finalidad de recaudar fondos para una causa noble, sino una muestra de que los contrastes pueden ser la opción perfecta para triunfar.
Así se lleva el binomio blanco y negro esta temporada.
El ‘look’ encorsetado de Charlize Theron
Charlize Theron optaba por un vestido de textura gaseosa con escote en V y de cierta estética griega que se alargaba hasta el suelo. Lo más destacado del diseño era el corsé incorporada que ceñía la cintura la pieza. El vestido lo firmaba Schiaparelli e incorporaba también joyas características de la maison en las que el maximalismo, sello inconfundible, añadían un brillo dramático y único al conjunto. Esta apuesta maximalista por los detalles transformaba el vestido en algo más que una prenda, era una obra de arte que combinaba historia, alta costura y vanguardia en una sola pieza.
