Así se ve y huele la nueva era de la perfumería de autor
Según Circana, empresa especializada en tecnología, datos e inteligencia artificial, la perfumería de autor creció un 15 % en Europa durante 2024. Además, un 8 % de los consumidores europeos compraron más perfumes de lujo, cifra que se eleva al 16 % entre los jóvenes de 18 a 34 años. Y no, la diferencia de precio con respecto a la perfumería comercial no parece ser un obstáculo: siete de cada diez consumidores están dispuestos a pagar más –el ticket medio en perfumería nicho es de 111 euros, frente a los 59 euros de la convencional– si a cambio obtienen fórmulas más exclusivas y concentraciones más elevadas. Para 2033, se prevé que esta categoría duplique su nivel de facturación. “El mundo de la perfumería nicho ha experimentado profundos cambios en los últimos años”, explican Isabel y Alicia Pascual, hermanas al frente de la perfumería madrileña Nadia. “Sus señas de identidad cuando surgió como una respuesta a la perfumería comercial eran exclusividad, libertad e innovación creativa, y calidad en las materias primas. El público al que iba dirigido era minoritario y, en general, apasionado por este tipo de creaciones, con una gran sensibilidad olfativa”.
Lo interesante, apuntan, es que esa esencia se ha mantenido, pero ha encontrado nuevas audiencias, mucho más amplias y conectadas digitalmente. Dicho de otra forma, estamos ante un fenómeno global que trasciende tanto al coleccionista como al perfil de consumidor más clásico. “Las redes sociales han jugado un papel fundamental en este furor. Ahora, jóvenes de entre 12 y 17 años se han convertido en verdaderos expertos, con gustos muy definidos y un conocimiento sorprendentemente amplio. Conocen las firmas, los lanzamientos y llegan a presentarse en la tienda días antes para probar las novedades en primicia. Hace 15 años querían oler a la fragancia de moda; hoy, quieren oler más allá del logo”, observa Miguel Bartolomé, experto en perfumería y brand manager de Isolée. Toni Cabal, maestro perfumista, añade: “La generación Z busca autenticidad y eso se refleja en su relación con la perfumería. Prefieren aromas intensos, de larga duración, y se sienten cómodos con notas olfativas que van desde lo dulce y afrutado hasta acordes modernos como notas lácteas o de pistacho. También aprecian las florales, especialmente flores blancas y rosas”.
¿Qué tendencias conlleva este nuevo perfil de consumidor en la perfumería de autor?
Esta reducción en la edad media del consumidor que los expertos mencionan ha traído consigo no solo una avalancha de nuevos aromas y marcas, también una práctica otrora impensable: el blind shopping. Esto es, comprar un perfume sin haberlo olido jamás, con la narrativa olfativa, el aura de la marca y las reseñas en redes sociales como única guía. Una tendencia que, desde la pandemia, ha pasado de lo anecdótico a lo habitual bajo el hashtag #PerfumeTok. Hoy, esta es la principal plataforma en cuanto al descubrimiento de fragancias para la generación Z (66 %), seguida de cerca de Instagram (64 %) y YouTube (41 %).
El furor es tal que incluso han surgido citas a ciegas basadas únicamente en el aroma conocidas como scent dating que, por supuesto, alcanzaron la viralidad. ¿El mecanismo? Los participantes reciben un kit a domicilio con un pañuelo y una bolsa para guardarlo tras impregnarlo con su perfume de cabecera y su sudor. Esa será su única carta de presentación. En el evento, las muestras se numeran y se introducen en tubos de ensayo para que cada persona elija a quién conocer guiada solo por el aroma. Una práctica excéntrica y reveladora: el olfato sigue siendo uno de nuestros sentidos más primitivos, íntimos y menos racionales. Y ahora somos conscientes.
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