El presidente de la Iglesia Evangélica Luterana de Noruega, Olav Fykse Tveit, ha pedido perdón públicamente este jueves a las personas LGTBI+ por haberlas discriminado durante décadas. Además, ha reconocido que la institución religiosa les ha causado “vergüenza y dolor” y ha agradecido a aquellos que han luchado para cambiarlo.
“La Iglesia de Noruega ha causado vergüenza, gran daño y dolor a las personas homosexuales. Esto no debería haber ocurrido. Por eso hoy digo: ¡Perdón!“, ha declarado el obispo principal Olav Fykse Tveit en un discurso pronunciado en el bar London de Oslo, un popular lugar de encuentro gay. En junio de 2022, en vísperas del Orgullo de la ciudad, en ese establecimiento, dos personas fueron asesinadas y 21 resultaron heridas tras un ataque lgtbifóbico.
El líder religioso, que habló en nombre de la Conferencia Episcopal de Noruega, ha enumerado en su discurso algunas de las ofensas cometidas por la institución. Entre los agravios cometidos ha mencionado la negativa de la Iglesia a permitir que personas del mismo sexo se casaran o trabajaran para la Iglesia y el hecho de que se considerara la infección de VIH como un castigo de Dios contra los homosexuales.
“Esto ha llevado a que las personas homosexuales se sientan avergonzadas, como resultado de una narrativa predominante de lo que es correcto o incorrecto en el amor y de la presión de la Iglesia para ocultar o negar quienes eran”, ha agregado, “esto no debería haber sucedido, y por eso pido disculpas hoy”.
Fykse Tveit también ha señalado que había llegado el momento de asumir responsabilidades. “Algunos pueden pensar que es demasiado tarde, otros que es demasiado pronto. Nosotros creemos que es mejor no esperar más”, ha dicho. Las palabras del máximo responsable eclesiástico noruego llegan tres años después de que la institución reconociera que había causado mucho dolor a las personas LGTBI+ (fue en 2022 a través de una declaración de los obispos).
Por otro lado, el prelado ha querido mostrar su gratitud a todos aquellos que han contribuido al cambio de posición dentro de la Iglesia y también en la sociedad en general para poner fin a la discriminación. “Una sociedad donde puedes amar a quien quieras y ser quien eres hace de Noruega y del mundo un lugar mejor. Por eso hoy también es oportuno decir: ¡Gracias!“.
Poco después de pronunciar el discurso, Fykse Tveit ha acudido a la catedral de Oslo, donde estaba prevista una misa vespertina con la presencia del príncipe heredero Haakon de Noruega y su mujer, la princesa Mette-Marit.
El cambio en la Iglesia de Noruega es notable. Mientras que en la década de 1950 describía a las personas homosexuales como “un peligro social de dimensiones globales”; en 2017 aprobó el matrimonio eclesiástico entre parejas del mismo sexo. El país escandinavo fue la segunda nación del mundo en legalizar las uniones civiles entre parejas homosexuales en 1933, después de Dinamarca, que lo hizo cuatro años antes.
La institución eclesiástica del país nórdico sigue los pasos de la Iglesia Anglicana, que en enero de 2023 pidió perdón por el “trato vergonzoso” hacia las personas LGTBI+. Sin embargo, la organización anglicana, que acoge a 85 millones de creyentes en todo el mundo, no dio su visto bueno a los matrimonios igualitarios en su seno. De hecho, esta semana, sus obispos detuvieron los planes de ofrecer bendiciones específicas para parejas homosexuales, aunque estas pueden llevarse a cabo dentro de los servicios religiosos habituales.
La Iglesia católica, por su parte, no ha realizado ninguna declaración similar. Aunque durante el papado de Francisco I hubo signos aperturistas, no se consolidó un cambio de doctrina eclesiástica para evitar la discriminación de los creyentes LGTBI+. León XIV no va a paralizar los pequeños avances de su antecesor, pero por el momento tampoco está en su agenda abrir la iglesia a la diversidad.