La infusión que mejor me sienta después de cenar: manzanilla y regaliz
Hace unos días recibí la newsletter de la maquilladora Violette (muy recomendable, por cierto) y recordaba lo bien que sienta tomar una manzanilla después de cenar. La parisina contaba que en Francia es un clásico –hablaba concretamente de Nuit Calme de La Tisaniére, una infusión de tila, manzanilla y flor de naranjo muy famosa en el país vecino–. Y se regodeaba de ese ritual nocturno que le ayudaba a dormir mejor.
Toda la razón, Violette. Tomarse una tisana después de cenar es una de las mejores alternativas para hacer bien la digestión, dormir mejor y, en cierta medida, aplacar el deseo por comer algo dulce. “Las infusiones son un buen cierre para las comidas sin aportar calorías extra pero sí beneficios digestivos”, nos contaba en su momento la psiconutricionista Itziar Digón. Y aunque hay varias tisanas para este momento (el té no sería una de ellas por la capacidad excitante de la teína), la que más me gusta en este caso es la de manzanilla con regaliz. He probado varias en este momento del día. Y la que mejor me sienta por la noche y al día siguiente (ya se sabe, las cenas definen cómo serán nuestras mañanas) es esta, entre otras cosas porque el regaliz tiene otras bondades más allá de su punto dulce que me calma las ganas de comer chocolate.
Por qué la manzanilla con regaliz deshincha y relaja
Las abuelas, siempre sabias, han creído en las bondades digestivas de esta infusión desde tiempos inmemorables (las del jengibre y cúrcuma no entraban en sus planes por puro desconocimiento, ya que no se hablaba tanto de ellas hace años). Y tenían razón. “La manzanilla posee un efecto sedante, pero además cuenta con más beneficios ya que posee compuestos antioxidantes y antiinflamatorios, y también propiedades antibacterianas, antifúngicas, antiespasmódicas, antiulcerosas y antivirales. Tradicionalmente se ha utilizado para contrarrestar las molestias gastrointestinales y problemas intestinales. Y este efecto podría radicar en que ayuda a reducir los espasmos de los músculos lisos relacionados con trastornos inflamatorios y gastrointestinales. La manzanilla es sumamente útil para reducir los gases, aliviar la acidez estomacal y relajar los músculos que participan en la digestión de los alimentos. También para reducir los cólicos menstruales y el dolor”, explica la nutricionista Laura Parada en referencia a esa sensación de vientre deshinchado con la que me levanto cada vez que la tomo después de cenar.
El efecto extra del regaliz
Y aunque esta retahíla aplica para la infusión de manzanilla básica, cuando se acompaña de raíz de regaliz los beneficios se multiplican. “Tiene propiedades antibacterianas, reduce el reflujo ácido y es un buen apoyo digestivo. La raíz del regaliz es beneficiosa para la digestión y ayuda a aliviar la irritación y la inflamación del tracto digestivo. Puede utilizarse para mejorar la distensión estomacal-abdominal, la mala digestión y los gases. Y alivia el estreñimiento por su ligero efecto laxante natural que promueve el peristaltismo (las contracciones en el colon que ayudan a mover los desechos)”, explica Parada. Además, por si fuera poco, potencia las propiedades de la manzanilla. Dicho todo esto, no es de extrañar que la experta en nutrición integrativa Mireia Velasco aconseje incluso llevar bolsitas de infusiones de manzanilla en el bolso cuando se está fuera de casa. Todo son ventajas.
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