La limpieza facial matutina no es un paso más: es la base. Especialmente si usas cosméticos con ingredientes activos como la vitamina C, ácido glicólico o ácido hialurónico: necesitan una piel bien preparada para actuar.
Cómo hacer una limpieza facial perfecta por la mañana
Elige el limpiador adecuado:
Si tu piel es grasa o mixta, opta por geles o espumas con niacinamida o ácido salicílico. Si es seca o sensible, apuesta por leches o cremas sin sulfatos.
Aplica con las manos:
Nada de discos de algodón. Masajea con movimientos circulares durante 30 segundos para activar la circulación y limpiar bien los poros.
Aclara con agua tibia:
El agua muy caliente daña la barrera lipídica; la muy fría no retira bien el producto.
Seca con una toalla limpia, sin arrastrar:
Mejor a toquecitos. Y cámbiala cada pocos días.
El error más común: saltarse la limpieza facial porque ‘no hay maquillaje’
La suciedad no siempre se ve. Por eso muchas personas creen que su piel está limpia al despertar. Pero el sudor, el sebo, la grasa del pelo y los residuos de cremas de noche siguen ahí, y si no los eliminamos bien, pueden traducirse en imperfecciones, textura irregular y un cutis opaco.
Una limpieza facial cada mañana para mejorar el funcionamiento de la piel
Es simple: una piel limpia es una piel más receptiva. Todo lo que apliques después —desde el mejor sérum hasta el fotoprotector facial— será más eficaz si lo haces sobre un lienzo sin residuos.
Así que la próxima vez que te preguntes por qué tu rutina no está funcionando, hazte esta pregunta: ¿me estoy lavando bien la cara por la mañana?
¿Quieres una piel mejor? Empieza por esto
No hace falta complicarse. Solo hace falta constancia. Una buena limpieza facial matutina es ese primer gesto que cambia todo sin que lo notes… hasta que lo dejas de hacer. Y créenos: tu piel se da cuenta.
Para piel seca o sensible:
Para piel grasa:
Para todos tipos de piel:
Más artículos sobre el cuidado de la piel: