La mejor rutina de cuidado de la piel empieza con este gesto
Cada vez que miro el móvil agachando la cabeza y el cuello en una postura tan poco natural –y tan habitual en nuestro día a día– recuerdo la frase que dijo mi profesor de pilates: la cabeza pesa una media de seis kilos y cuando doblamos el cuello para mirar el teléfono nuestras cervicales son víctimas de una sobrecarga que equivale, casi, a unos 30 kilos de peso. La verdad es que me puedo pasar el día echando la culpa de mis molestias en la espalda a las malas posturas frente al ordenador o al peso de mi bolso, pero mirar el móvil de forma compulsiva es casi peor. Y no solo para la salud de mi espalda, sino también para la de mi piel. Porque la flacidez, el conato de papada y las arrugas del cuello también tienen mucho que ver con esto.
El primer paso de una buena rutina facial comienza con la postura.A.Moral. Realización: Laura Caldarola
Por eso Paula Arredondo, experta en masaje facial y cocreadora del método The Face Workout, me insiste en que el primer paso de la mejor rutina de cuidado facial es precisamente dedicar unos segundos a corregir esta postura. Si bien la limpieza y el tratamiento son importantes, corregir una postura que también afecta a la calidad de la piel es fundamental. Y se trata simplemente de ponerse recta, llevar los hombros hacia atrás y levantar el rostro para que no caiga hacia el cuello como habitualmente sucede. “Es como colocar bien los cimientos antes de empezar a trabajar los detalles. Yo siempre digo: ‘Una buena postura es el primer ejercicio de gimnasia facial del día’. Por eso siempre empiezo cualquier rutina facial abriendo el pecho, relajando los hombros, estirando el cuello… en 30 segundos ya has cambiado la calidad de lo que viene después. Puedes añadir algún otro ejercicio para reforzar la postura, pero la idea es poder mantenerla a lo largo del día”, explica la experta.
Otra posibilidad: la postura de bailarina
Aunque el ejercicio más básico es precisamente erguirse y levantar la mirada, Arredondo también propone para quien quiera un nivel más avanzado y ser más consciente de esa corrección postural, hacer una primera posición de ballet con los brazos. Se trata de colocar los brazos formando un círculo frente al cuerpo, ligeramente por debajo del pecho, con los dedos y los hombros relajados. En ballet esta pose se usa como punto de partida de muchos ejercicios y en este caso corrige de forma inmediata esta tendencia que tenemos a inclinar el cuello.
La importancia de la postura en la arquitectura facial
Aunque no pretendemos con este artículo restar méritos a la eficacia y necesidad de los pasos tradicionales de cuidado facial, es importante recalcar de qué manera la postura afecta a nuestra cara. “La postura es la arquitectura sobre la que descansa todo nuestro rostro”, explica Arrendo. De hecho, según la experta de The Face Workout, cuando tenemos los hombros hacia atrás, el cuello elongado y el pecho abierto se producen varios beneficios en el rostro:
- Mejora la circulación y oxigenación de los tejidos faciales.
- Liberamos la tensión de la mandíbula, del cuello y de los músculos faciales.
- Activamos el drenaje linfático natural.
- Visualmente, rejuvenece.