La mejor técnica para usar perfume es el ‘shadowing’
Creía que lo había oído todo en cuanto a maneras de usar perfume para que el olor deje rastro y dure todo el día. Al fin y al cabo, esos suelen ser los dos objetivos principales a la hora de comprar una fragancia. Las marcas lo saben y se afanan por desarrollar técnicas y fórmulas que lo consigan, y más ahora, cuando la Generación Z está marcando el ritmo de la industria y es más exigente que nunca en el terreno olfativo (compara los perfumes que usan los adolescentes de 2025 con los que utilizábamos los old millennials y los boomers).
Sea como fuere y volviendo al titular, hay una técnica inesperada para conseguir ambos objetivos y otro bastante universal: no oler como los demás (algo que también está tremendamente vinculado con el auge de los perfumes nicho). La técnica se llama shadowing y nos la ha descubierto José Luis Salgueiro, Training Manager Niche Brands de Puig, durante la apertura de la primera tienda en Barcelona de Byredo, esa marca sueca minimalista y diferente que nos fascina. Se trata de crear sombras o contrastes con el perfume (en el ámbito de la pintura ya existe esta técnica) y va más allá de la sofisticada –aunque cada vez más democratizada– técnica de layering (o perfumarse por capas).
Objetivo: crear un olor único cuando dejas de oler tu perfume
El shadowing pretende crear una fragancia personal y que olamos diferente según nos movamos. Y una cosa más importante aún cuando nos aburrimos de nuestro perfume o dejamos de olerlo, algo que pasa habitualmente porque nuestro olfato y cerebro se acostumbran: conseguir que huela diferente. ¿Cómo? Creando un aroma único usando fragancias distintas en diferentes puntos del cuerpo (el layering es superponer por capas, el shadowing consiste en elegir varias zonas del cuerpo y aplicar en cada una de ellas un perfume, también en función de lo que queramos conseguir y transmitir cada día).
El experto, por ejemplo, propone usar un perfume en una muñeca y otro detrás de las rodillas –spoiler, es donde el olor dura más, sobre todo en verano–. O uno detrás de las orejas y otro rociado a modo de nube por delante, por aquello de jugar con la manera en la que se quiere oler en las distancias cortas o en las largas. O uno para el pelo, otro en las muñecas y otro en la nuca. La regla básica es que no hay reglas –ese el leitmotiv de esta marca sueca en la que no hay aromas comerciales pero sí una historia en cada una de sus fragancias–. Y que perfumarse es una especie de acto de fe en la que eliges cada día en función de tus emociones. Para ello, aunque se podría utiliziar un perfume diferente cada día, resulta más atractivo (y sostenible) tener 3 ó 4 de cabecera y jugar con ellos para crear combinaciones casi infinitas en función de cómo se combinen y en qué partes del cuerpo se apliquen. “Así no te acostumbras al olor y, además, al moverte redescubres una nota olfativa”, explica Salgueiro, que parafrasea a la mismísima Donatella Versace que en un vídeo para Vogue desmintió aquello de que no usaba perfume respondiendo rotunda: “Llevo al menos cuatro y los mezclo”. De alguna manera podríamos decir que el shadowing lo inventó un poco ella.
Algunas recomendaciones básicas para iniciarse en el ‘shadowing’
Eso sí, aunque no hay normas, Salgueiro hace dos recomendaciones para que la mezcla salga bien: que se combinen aromas sencillos olfativamente hablando con fórmulas cortas en las que no haya muchas notas (los de Byredo son perfectos para eso), y que se utilice un máximo de cuatro para no fallar (y no volverse loca), sobre todo las primeras veces. Y, aunque para gustos colores, Salgueiro propone mezclar aromas más rotundos (como Tobacco Mandarin, por ejemplo) con básicos de la casa sueca (que, por cierto adoran Alexa Chung o Victoria Beckham) como Blanche, el aroma blanco a ropa limpia que tanto gusta a los nórdicos, que aman la sensación de abrir la lavadora y disfrutar ese olor.
Y en este mix eterno, el experto nos da otra recomendación infalible: los perfumes en aceite duran más que las fórmulas tradicionales, así que además de combinar en diferentes partes del cuerpo distintos aromas, se pueden mezclar también diferentes texturas: en aceite, para el pelo, elixir, agua de colonia… El caso es mezclar y disfrutar. Entrar en estado de flow en clave olfativa era esto.