Presentado en el Grand Palais bajo una asombrosa recreación del sistema solar, el debut de Matthieu Blazy en Chanel fue el desfile más esperado de la temporada. El franco-belga de 41 años estaba a punto de convertirse en el tercer diseñador, después de Coco, en dirigir la marca. La presión era grande, y él cumplió. Pero en las 48 horas posteriores al desfile, ha quedado claro que el elemento definitorio no fue el decorado, por maravilloso que fuera, ni las fantásticas prendas que Blazy propuso para la primavera. Fue la modelo Awar Odhiang.
Mientras todas las modelos desfilaban en el carrusel final, Odhiang rompió la formación. Sonrió, giró y aplaudió. Levantó el bajo de su falda bordada y se contoneó mientras Blazy salía de entre bastidores; entonces se miraron a los ojos, corrieron el uno hacia la otra y se abrazaron. Años y años de historia, el peso de un legado, se fundieron en el calor de ese sencillo momento de alegría desenfrenada. El debut de Blazy no solo estuvo repleto de ropa maravillosa, sino también de energía bonita: su espíritu lúdico se vio reforzado con un poco de ayuda de Odhiang. Lo que todos queremos saber: ¿Fue un momento planeado?
«Esa es una pregunta que me están haciendo bastante», dice Odhiang por teléfono, en línea desde París después de dos días de sesión fotográfica para esta cabecera (que desvelaremos próximamente). «Fue algo totalmente espontáneo y muy del momento», continúa. «Estuve hablando con Matthieu antes del desfile, y siempre me he sentido muy emocionada y feliz por él, es una persona increíble dentro y fuera de la moda«, añade. “Me había dicho: ‘Este es tu momento, esta es una oportunidad para que simplemente lo disfrutes, hagas lo que quieras y seas tú’; y eso es exactamente lo que hice”, recuerda la modelo.
Odhiang es solo la tercera mujer negra que cierra un desfile de Chanel en sus 115 años de historia, tras Alek Wek en 2004 y Adut Akech en 2018, ambas bajo el mandato de Karl Lagerfeld como director artístico. Si parece que Blazy ha triunfado al conseguir el puesto más codiciado de la moda, también lo ha hecho Odhiang.
«Me sentí un inmenso… no presión, para nada, sino honor», declara, «y sentí que tenía una gran responsabilidad, para ser honesta, de representar a Matthieu y Chanel de la mejor manera posible». Pero cualquier posible nerviosismo que pudiera haber sentido en el momento había quedado disipado por sus ganas de aprovecharlo. «Me sentí muy contenta y orgullosa y empoderada como mujer», señala. «Matthieu hace ropa para las mujeres, ama a las mujeres. Puedo hablar en nombre de todas las modelos del backstage, así es como se sentía todo el mundo. La energía que ha traído a Chanel es tan fresca y tan ligera que te sientes muy bien estando allí…». Es una visión nueva y refrescante de lo que es y va a ser la moda».
Odhiang y Blazy se conocen desde que él era director de diseño de Bottega Veneta bajo la dirección de Daniel Lee. Dice que llegó al fitting de Chanel en medio de otros trabajos –esta temporada ha desfilado en demasiados como para contarlos– y se quedó boquiabierta. No sabía que sería la protagonista: «Entré emocionada por ver a Matthieu y feliz de ver en qué se había convertido Chanel, y al final de mi desfile me sorprendió diciéndome que iba a cerrar yo. Se me saltaron las lágrimas, y no puedo mentirte, he estado sonriendo desde ese segundo hasta ahora».