La princesa Leonor y la infanta Sofía han sustituido los vestidos por las bondades de los trajes sastre
Este año se ha cumplido una década desde que Leonor fuera nombrada princesa de Asturias y presidenta de honor de estos premios tras la abdicación de su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I, pero también es la primera vez en la que la joven royal asiste siendo mayor de edad a esta ceremonia. No se trata de su debut como oradora, pero su discurso era probablemente el más esperado, y la princesa no decepcionó en absoluto con la elección de sus palabras (y tampoco con la de su estilismo).
Enfundada en un brillante traje azul marino, Leonor dejaba momentáneamente su formación militar en Marín (Pontevedra) para acudir a esta cita junto a su familia y fascinar con su mera presencia. Concretamente, su estilismo se apoyó en un esmoquin de botonadura simple compuesto por tres piezas: un pantalón recto, un blazer de grandes solapas y un chaleco, todas ellas en la misma tonalidad. Una alternativa muy sobria a los vestidos que acostumbraba a lucir cuando era más pequeña, pero a la que aportó un aire desenfadado con su peinado: un recogido messy con mechones sueltos por el rostro, adecuándose a su edad y equilibrando el estilismo en su conjunto.
Para vivir este momento tan destacable, además de sus padres, el rey Felipe VI y la reina Letizia (quien mostró su versión más elegante con un vestido con maxivolante), también estuvo presente la infanta Sofía. Esta última viajó hasta la capital del Principado de Asturias, tierra natal de su madre, desde Gales, donde actualmente cursa el bachillerato internacional, y escogió un atuendo que reflejó la compenetración con su hermana mayor.
Chema Clares