La regla del semáforo: tres zumos (deliciosos) para un bronceado bonito
Tumbarse al sol durante horas puede ser placentero para muchos, y un suplicio para otros. Seas del team que seas, lo que es seguro es que achicharrarse y quemarse no es plato de buen gusto para nadie. Porque sí, el astro rey es traicionero, y aunque exponernos a él un par de horas diarias puede ser muy beneficioso tanto para nuestro estado anímico como para nuestra piel, hacerlo sin protección es, a todas luces —nunca mejor dicho—, un craso error. Pero ya se sabe que la naturaleza es sabia, y por ello nos ofrece toda una serie de herramientas para protegernos de las radiaciones, potenciar el bronceado, y alargarlo en el tiempo. Un método basado en los aportes de frutas y verduras que hemos denominado como ‘la regla del semáforo’, y que además es saciante y bajo en calorías (entre otros muchos otros beneficios para la piel y el cuerpo).
«Los rayos ultravioletas (UV) estimulan a los melanocitos para que produzcan melanosomas de forma más rápida, favorecen el engrosamiento e inducen el bronceado de la piel; estos dos factores son los responsables de la defensa parcial contra la radiación posterior» explica Laura Parada, nutricionista de Slow Life House y autora del libro ¿Qué nos mueve a comer así?, y continúa: “La melanina es una sustancia que evita en gran medida la aparición de quemaduras solares, pero no impide los daños que, a medio y largo plazo, ejercen los rayos del sol sobre la piel. Es importante saber que los efectos del sol son acumulativos, por tanto, resulta importante que se conozcan los beneficios, así como los efectos perjudiciales que origina la exposición solar. Una correcta fotoprotección y fotoeducación son fundamentales para mejorar la calidad de vida y prevenir enfermedades en el futuro, como el cáncer de piel”, advierte la experta.
Y es que la apariencia y salud de la piel está ligada (y mucho) a nuestra alimentación, con la que podemos mejorar su aspecto, promover su juventud y vitalidad y evitar o eliminar problemas en la misma, como el acné, la sequedad o el envejecimiento prematuro. «Todo esto se puede conseguir mediante ajustes en nuestra dieta. Es importante pensar desde dentro hacia fuera, manteniendo en óptimo estado los órganos responsables de la desintoxicación de sustancias nocivas —que son el hígado, los riñones, las glándulas adrenales, la tiroides y los intestinos— y que nos permiten tener una piel saludable, asegurando que nuestro cuerpo esté libre de toxinas». Es por eso por lo que Parada recomienda reducir la ingesta de alimentos procesados, altos en azúcares refinados, grasas trans, exceso de sodio a través de sales procesadas, aditivos, colorantes y saborizantes artificiales. «El azúcar puede causar envejecimiento prematuro. Hay estudios que afirman que un factor importante que acelera el envejecimiento es la insulina disparada por el azúcar. También puede envejecer la piel cambiando la estructura del colágeno y aumentando la retención de fluido corporal”, puntualiza.
1#. Semáforo en naranja: proteger
En el semáforo naranja se incluyen alimentos con betacarotenos, beneficiosos ante la prevención de enfermedades cardiacas y problemas digestivos (como la zanahoria), vitamina C (como la naranja), o aquellos con propiedades para evitar las manchas solares. Una ‘parada’ en la que ciertas frutas ayudarán a proteger nuestra piel de quemaduras solares e irritaciones, lo que no nos exime, por supuesto, de la utilización de fotoprotección solar. “La zanahoria, la calabaza, el melocotón, el tomate o el boniato, entre otros, pueden ayudar en este sentido. Estos alimentos contienen carotenoides, un pigmento vegetal que les otorga su color característico, y que se transforman en vitamina A —conocida por su protección contra las radiaciones ultravioletas (rayos UV) y con beneficios también para la salud, al inhibir el crecimiento de células cancerosas— en el hígado e intestino conforme nuestro cuerpo la necesita. Este precursor de la vitamina A podría protegernos de los daños de los rayos ultravioletas, además de ayudar a broncear nuestra piel», explica Parada. La doctora Juana Coronado, de la clínica Mira+Cueto, se suma: “Los carotenoides tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que protegen a nuestro organismo del estrés oxidativo generado por la acumulación de radicales libres. En la composición de estos alimentos naranjas también entran los flavonoides —un grupo de metabolitos vegetales con propiedades antioxidantes— a los que se le atribuyen beneficios en relación con la salud cardiovascular y neurológica”.
Recetas naranjas
“Una dieta antioxidante debe incluir una media de 5-6 raciones de frutas y/o verduras al día no solo de este grupo, sino también de los rojos y verdes. Cuantos más colores combinemos mejor, más rica será en antioxidantes. Debe ser variada y debemos asociarla con otros hábitos saludables como el ejercicio moderado o reducir las fuentes de radicales libres, como el estrés, la polución, el ejercicio muy intenso o el exceso de sol”, argumenta Coronado.
- 1 mandarina, 1 zanahoria, hojas de menta (que también poseen betacarotenos), y hielo.
- Zumo naranja de limón, naranja, pomelo y manzana
- Zumo naranja de piña, plátano, mango, hinojo y papaya
- Zumo naranja de limón, naranja, miel y aloe vera
2#. Semáforo en rojo: potenciar
“En este grupo incluimos frambuesas, fresas, manzanas rojas, uvas rojas, sandías, cerezas, ciruelas, frijoles rojos, col roja, pimientos rojos o tomates, que deben su color a su alto contenido en licopeno. El licopeno se caracteriza por sus propiedades antioxidantes, protegiendo nuestras células del daño oxidativo. Este pigmento pertenece a los carotenoides —precursores de la vitamina A—, por lo que potencia nuestro bronceado además de aportar otros muchos beneficios, como ser un potente antioxidante, cardioprotector y protector ante los rayos UVA”, comienza explicando la Dra. Coronado. “El tomate, la sandía o la naranja roja son ricos en este pigmento que, como hemos visto, actúa como un protector solar interno y al ser un potente antioxidante evita también el envejecimiento celular. Pero, al igual que con los carotenos, debemos tener en cuenta que la protección que estos ejercen no es inmediata y no suele ser suficiente, por lo que debemos complementarla con protectores solares en crema y barreras físicas, como gorras o camisetas», explica Parada. «Los frutos rojos, como las fresas, cerezas, moras, arándanos o sandías, entre otros, son ricos en vitaminas y antioxidantes que ayudan a estimular la pigmentación de la piel otorgándonos un agradable tono bronceado”.
Recetas rojas
“Se ha visto que consumir entre 400-600 g al día entre frutas y hortalizas se asocia con una menor incidencia de muchas formas de cáncer. Es debido a que contienen sustancias fitoquímicas (entre ellas los polifenoles) que pueden modular la expresión génica e inhibir la carcinogénesis mediante muchos mecanismos. Esta información es extensible a las frutas y verduras de otros colores”, revela Coronado.