Un cambio, sin duda, frente al tono más repetido por la reina Letizia durante el verano: el rojo, que siempre repite con la llegada del buen tiempo y, además, cuenta con la capacidad para potenciar el bronceado. Cualidad que lo hace todavía más apetecible para esta época del año y que se extiende a este matiz coral, que consigue el mismo efecto. En definitiva, el diseño perfecto para eventos de día, al que se le puede sacar todo el partido posible con joyas y accesorios acabados en dorado.
Por su parte, la reina Letizia lo complementaba con un bolso y unos zapatos neutrales, a juego y que acompañaban al traje coral sin quitar protagonismo. En concreto, gracias a unos kitten heels que aportaban ese tacón sensato tan habitual en el guardarropa de la monarca (capaz de elevar sin la incomodidad propia de unos stiletto) y un bolso de mano que añadía textura, al contar con una apariencia doblada que no pasó desapercibida. Una fórmula fácil de seguir que hace que el traje brille por sí solo y que por extensión, también consiga destacar a quien lo lleve puesto.
La reina Letizia con un traje coralEuropa Press Entertainment/Getty Images