Lo veíamos entre las tendencias del otoño-invierno 2024-25: el pelo es la textura absoluta de la temporada, y se declina en cualquier prenda inimaginable. Lo hemos visto en abrigos, en detalles de camisetas (Louis Vuitton) y hasta en bajos de faldas (Diesel). Así que el salto definitivo que ha dado este año al joyero no nos sorprende en absoluto. Simone Rocha, que es una de las firmas que ha incluido detalles peludos por doquier, sumó en algunos looks pendientes de cristales con aderezos ‘furry’ en colores como el marrón o el negro. Jil Sander es otra de las marcas que también lo ha declinado en formato pendiente, con aretes metalizados forrados en una textura a medio camino entre el pelo y las plumas, en color blanco, destacando sobre los casquetes de baño.
Jil Sander otoño-invierno 2024-2025.
En plataformas como Farfetch podemos encontrar las joyas de pelo de la diseñadora irlandesa, pero a pie de calle Zara es una de las que más accesorios ha sacado con este efecto. En particular, se trata de una colección en exclusiva con pendientes, anillos y brazaletes metalizados que llevan detalles peludos en negro y marrón.
El concepto de joyas de pelo encuentra un precedente absoluto en la obra de la artista surrealista Meret Oppenheim. La historia cuenta que a los 22 años lució un brazalete de su propio cuño, forrado en pelo, para encontrarse con sus amigos Pablo Picasso y Dora Maar en el Café Flore, en París. Al ver que su té se enfriaba, instó al camarero del local, con tono jocoso, que le pusiera más piel, sugiriendo que le pusiera un manguito para que su bebida se calentase. Decidió seguir con la broma en una exposición organizada en St. Germain por André Breton, líder absoluto del surrealismo. La artista suiza decidió forrar una cuchara, un plato y una taza con pelo corto. Ella lo llamó simplemente Object, pero Breton le cambió el nombre a Breakfast in Fur, el nombre por el que pasó a la historia. En la primavera de 1936 Meret le propuso un brazalete de pelo a Elsa Schiaparelli, que la creadora italiana, tan íntima de los surrealistas, incluyó en su colección de otoño-invierno de aquel año.
