En La tutoría, Halfdann Ullman Tondel dirige y firma el guion de una historia que vira entre supuestos morales muy complicados de abordar. Una suerte de thriller psicológico que mira de frente al cine más árido que algún día llegó de los países escandinavos. A fin de cuentas, Ullman Tondel es el nieto de Ingmar Bergman y Liv Ullman. Lo que se cuenta aquí es cómo una madre, Elisabeth, que se tiene que enfrentar al juicio constante de la escuela de su hijo –por su apariencia, por estar sola, por no seguir las convenciones sociales, vaya–, afronta el hecho de que su pequeño ha sido oficialmente acusado de haber cometido una agresión sexual contra uno de sus compañeros que resulta ser su mejor amigo. A partir de ahí se desarrolla un juicio sobre el cómo y el por qué de dos niños que apenas llegan a los seis años.
Un título duro y complicado en el que Armand, pues así se llama el pequeño y ese es el título original de esta película noruega, nunca aparece en plano, pero sí lo hace Renate Reinsve en el papel de esa madre que tiene que afrontar una serie de acusaciones sobre su propio hijo en las que entran en juego la percepción de las zonas grises o el saber cuando un niño es eso, un niño. Para hacer todavía más claustrofóbica la cinta –que fue la seleccionada por Noruega para competir en los Oscars de este 2025– , la acción se desarrolla entre las cuatro paredes del colegio. Una revisión de las formas de El ángel exterminador de Buñuel o, más cercano en el tiempo, Carnage, de Roman Polanski, donde también se explora qué responsabilidad tienen los padres en las acciones de sus hijos y todo sucede bajo un mismo techo.