Las 10 mejores películas del Festival de San Sebastián 2025 – jenesaispop.com

El palmarés de la 73ª edición del Festival de San Sebastián ha estado marcado por el cine español. Las cuatro películas que competían por la Concha de Oro han acabado llevándose premio (‘Los domingos’, mejor película; ‘Historias del buen valle’, premio especial del jurado; ‘Maspalomas’, mejor interpretación protagonista; y ‘Los Tigres’, mejor fotografía). La opinión generalizada es que el cine español que se presenta a competición en el certamen vasco parte con ventaja respecto al internacional, lo cual no aporta la visión multicultural que un festival de clase A debería ofrecer.

San Sebastián se sitúa en unas fechas bastante complicadas, justo después de Venecia y Toronto, por lo que está muy limitado en cuanto a las películas extranjeras que puede seleccionar para optar por el gran premio. Aun así, da la sensación de que pueden encontrarse alternativas mejores que den mejor lustre a lo que debería ser el mayor reclamo del festival.

Así, las cintas más memorables que hemos visto no han sido las de Sección oficial, sino las de las secciones paralelas, especialmente aquellas que forman parte de Perlas (que vienen de otros festivales como Cannes o Venecia), aunque también ha habido alguna joya de Horizontes Latinos, Nuevos Directores o Zabaltegi-Tabakelera.

Al ser un certamen tan grande, la selección general de películas es amplísima, por lo que siempre va a haber películas muy aclamadas a las que es imposible llegar y que habrá que recuperar en otro momento. Durante el festival, vimos 34 películas, muchas de ellas, pese a ser recomendables, no entrarán en este artículo, donde repasamos únicamente las 10 más destacadas y que no conviene perderse.

Un simple accidente (Perlas)
El cineasta iraní Jafar Panahi ha estado constantemente amenazado por el régimen dictatorial de su país. Sus últimas películas tuvo que rodarlas a escondidas, ya que no se le permitía hacer cine debido al componente crítico de sus obras llegando a tener que esconderlas y mandarlas en un USB dentro de una tarta (‘Esto no es una película’) para poder proyectarlas en festivales de cine y evitar la censura. Con ‘Un simple accidente’, flamante y merecida Palma de Oro en Cannes, ha tenido algo más de libertad ya que, tras más de una década, se le levantó la sanción. Seguramente no tardará en volver a tener otra si decide quedarse en Irán en vez de irse al exilio (como su compatriota Rasoulof), pues su nuevo trabajo es tan mordaz y valiente como siempre, e incluso aborda de forma más explícita que nunca las barbaridades a las que las autoridades someten a aquellos a los que consideran disidentes del gobierno.

Fiel a su estilo, Panahi vuelve a aportar sus dosis de humor cínico y brillante en una trama que comienza con, efectivamente, un simple accidente, y va enredándose hasta convertirse en una deliciosa comedia con tintes de thriller. Mediante un pertinente retrato de la sociedad iraní, su mirada ingeniosa y perspicaz abre un importante debate sobre la violencia. Es una de sus películas más potentes y, sin duda, la más furiosa.

Los Domingos (Sección Oficial – Concha de Oro)
Al terminar la proyección de ‘Los Domingos’ ya se palpaba en el ambiente la sensación de haber visto la Concha de Oro. El tercer largometraje de Alauda Ruiz de Azúa (‘Cinco Lobitos’, la serie ‘Querer’) es una de esas grandes películas que llegan para revolver conciencias y generar debates. Sin embargo, la directora nunca opta por el escándalo ni por la provocación, firmando un primoroso coming of age desde un lugar insólito: Ainara (Blanca Soroa), de 17 años, quiere convertirse en monja de clausura. Su familia, de clase media-alta y educación católica, recibe la noticia con estupor, generándose así un enorme conflicto entre cada uno de sus miembros, especialmente en su tía (Patricia López Aranaiz), que no es creyente y no comprende la vocación de su sobrina. A través de una narrativa sólida y vibrante, Ruiz de Azúa explora con inmensa lucidez las dudas que surgen ante una decisión tan complicada. La fe choca con los impulsos propios de la adolescencia, la idea del amor verdadero se debate entre lo tangible y lo etéreo.

Lo mejor de ‘Los Domingos’ es su intento por entender aquello que es totalmente ajeno a nosotros y hacerlo desde una mirada que ni juzga ni alecciona. A menudo creemos que nuestra realidad es la única realidad posible, que nuestros principios son los únicos que merecen la pena. Ruiz de Azúa pone esto en entredicho y abre una conversación necesaria, ofreciendo un reflejo de la sociedad que puede resultar amargo, pero que es tremendamente acertado y realista. Su manera de filmar, discreta y sin aspavientos, no hace más que reforzar la fuerza narrativa y un guion perfectamente construido.

El amor que permanece (Perlas)
Hlynur Pálmason está construyéndose poco a poco una de las filmografías más interesantes del cine europeo actual. Tras aquel fascinante viaje a la Islandia del siglo XIX que era ‘Godland’, el cineasta regresa con una película muy diferente pero que lleva su inconfundible sello. ‘El amor que permanece’ es una disección de una familia tras un divorcio y cómo la pareja y sus hijos se acostumbran a esta nueva etapa de sus vidas. Pálmason observa a los diferentes personajes con pausa, sensibilidad y ternura.

De nuevo, la naturaleza vuelve a jugar un papel esencial en su cine, utilizando aquí los impactantes paisajes islandeses para reflejar el estado emocional de los protagonistas, sus deseos y sus anhelos. El preciosismo de su puesta en escena impulsa a una trama sencilla pero llena de calidez. Aderezada con escenas fantasiosas, ‘El amor que permanece’ es una película de imponente belleza y que se queda contigo después de abandonar la sala. Como complemento, el Festival de San Sebastián estrenó mundialmente ‘Joan of Arc’, un interesante trabajo experimental de apenas 60 minutos que nace de una de las subtramas del film que nos ocupa.

Valor Sentimental (Perlas)
Después de ‘La peor persona del mundo’, una película que causó verdadero furor entre buena parte de la cinefilia y que lo situó como uno de los autores con mayor proyección del cine contemporáneo, Joachim Trier regresa con ‘Valor Sentimental’, ganadora del Gran Premio del Jurado en Cannes. El cineasta se adentra en una familia marcada por el rencor, en dos hijas, ya adultas, que reprochan que su padre, un prestigioso director de cine, no ejerciera como tal durante su infancia. Tras la muerte de su madre, su progenitor reaparece en sus vidas con la oferta del papel protagonista en su próxima película para una de ellas, quien se gana la vida como actriz de teatro.

Trier utiliza una narración compleja y coral, abriendo muchos frentes narrativos. Con Ingmar Bergman como máxima referencia, el cineasta noruego indaga en el dolor de unos personajes que buscan, como pueden, una plenitud afectiva y reconciliarse con sus heridas. Sus cuatro intérpretes protagonistas, Renate Reinsve, Stellan Skarsgård, Inga Ibsdotter Lilleaas y Elle Fanning, están pletóricos en sus respectivos personajes, entendiendo perfectamente qué es lo que el director busca de ellos. Pese a la enorme intensidad emocional que demanda el guion, no hay ningún momento en el que no estén absolutamente creíbles.

Además, la película está cargada de momentos que Trier filma de manera cautivadora, logrando secuencias para el recuerdo (el festival de cine, la lectura de guion de la película, etc.). Es, para quien escribe esto, su mejor película.

El agente secreto (Perlas)
Hace tan solo un año se imponía en la categoría internacional de los Oscar ‘Aún estoy aquí’, una película sobre la importancia de la memoria histórica ante la dictadura militar brasileña de los años 70. Con ‘El agente secreto’, Kleber Mendonça Filho (‘Bacurau’, ‘Doña Clara’) se acerca también a aquellos años de tumulto político y social de una manera mucho más original, estimulante e inteligente que aquella. Tanto él como Wagner Moura ganaron los premios a mejor director y mejor actor en Cannes respectivamente.

El cineasta presenta una estructura sorprendente, una que aúna lo mejor de su cine: su solidez como narrador clásico y a la vez una vocación juguetona que se atreve a introducir elementos fantásticos. El filme transita por un sinfín de géneros de forma orgánica pero manteniendo siempre un intrigante tono de cine negro. No es, en absoluto, un thriller político al uso, sino un documento complejo que explora con gracia la necesidad de conocer el pasado para construir un futuro mejor. Su complejidad requiere de un visionado con mayor calma fuera del frenesí festivalero, pues su fuerza narrativa resuena en la mente de los espectadores mucho después de abandonar la sala.

La misteriosa mirada del flamenco (Horizontes Latinos – Premio de la Juventud, Premio Sebastiane)
El chileno Diego Céspedes irrumpe con fuerza en el panorama cinematográfico con su debut premiado en Cannes como la mejor película de la sección Una Cierta Mirada. ‘La misteriosa mirada del flamenco’ es un western queer que nos sitúa en los años 80 en una zona rural y minera en algún lugar del desierto de Chile. Allí viven, recluidas y bajo sus propias normas, un grupo de mujeres transgénero junto a Lidia, una niña a la que han criado. Los habitantes del pueblo las culpan de una letal enfermedad que está poco a poco propagándose entre los mineros.

Céspedes se acerca a sus personajes con una gran ternura y dota al relato de originalidad y fuerza visual. El filme toma la perspectiva de Lidia, quien ha recibido una educación donde evidentemente no había cabida para los prejuicios, y es esa mirada despojada de odio la que guía al espectador a lo largo de todo el metraje. Mediante una narración alegórica y cargada de momentos divertidos (algunos de clara influencia almodovariana), ‘La misteriosa mirada del flamenco’ se erige como una película que desprende verdadera pasión por lo que cuenta y que nos anuncia la llegada de un autor que no hay que perder de vista.

La tarta del presidente (Perlas)
En el Iraq de los años 80, a una niña le toca en el colegio hacer una tarta para celebrar el cumpleaños del dictador Saddam Hussein. Lo que podría ser una tarea sencilla se convierte en toda una odisea, ya que tanto ella como su entorno viven en la más absoluta pobreza. Amenazada ante el peligro que supondría desobedecer a su profesor y, por ende, al líder del régimen, se embarca en una estresante aventura para conseguir los ingredientes del pastel.

El debutante Hassan Hadi utiliza una premisa inocente y simple para denunciar la crueldad de la dictadura y retratar cómo toda una generación de niños iraquíes creció en mitad de un conflicto bélico en un país sumido en la miseria. Para ello, el cineasta opta por una simpleza narrativa que recuerda a las primeras películas de Panahi como ‘El globo blanco’, escrita por Kiarostami. Sin embargo, esta ópera prima tiene una mayor ambición estética, logrando planos pictóricos con mucha fuerza visual y sentido crítico. ‘La tarta del presidente’ es una gran película que se mueve siempre entre la ternura y la más pura rabia.

Before the Bright Day (New Directors)
Crecer nunca es fácil, incluso si formas parte de una familia afectuosa y de clase media que no se enfrenta a grandes dificultades económicas. ‘Before the Bright Day’, el debut del taiwanés Tsao Shih-Han retrata a un adolescente en esta situación en los años 90 durante la Tercera Crisis del Estrecho en Taiwán, un período de grandes cambios políticos. Él, en cambio, no está preocupado por entender el contexto del conflicto, sino que ansía una independencia que ni el instituto ni sus padres le pueden ofrecer. Saca malas notas, contesta a su estricto profesor, mantiene una relación distante con su familia y se junta con un grupo de jóvenes problemáticos algo mayores que él que representan esa sensación de libertad que tanto ansía.

Rodada en formato cuadrado, Tsao observa la cotidianidad del protagonista mediante planos con mucha profundidad de campo, en los que se cuelan retazos de vida. Con nostalgia y pulso dramático, la película sucede a ritmo pausado mientras va poco a poco construyendo una poderosa radiografía de un momento tan personal (está inspirada en la propia adolescencia del director) como de una época.

La Grazia (Perlas)
La estética siempre ha ido por delante en el cine de Paolo Sorrentino, un director empeñado en crear imágenes sorprendentes y espectaculares. Por primera vez, da la sensación de que ese no ha sido el principal objetivo en ‘La Grazia’, una película donde el italiano logra el mayor equilibrio entre fondo y forma de su carrera.

La historia comienza cuando Mariano Di Santis, presidente de Italia, se encuentra en los últimos días de su mandato. Es un hombre recto y cristiano, respetado y aparentemente apreciado por la mayoría. Ya al final de su carrera, se da cuenta de que el mundo ha cambiado, y se le presenta un dilema moral cuando le piden que analice dos casos de presos para darles un indulto. Aquí comienza un viaje personal, donde el político reflexiona sobre el final de una era, sobre la fidelidad de la que fue su mujer ya fallecida y sobre tantas otras preguntas sin respuesta que la vida le ha ido dejando.

Toni Servillo emociona encarnando a Di Santis en una interpretación hacia dentro, en la que carga en sus ojos todo su cansancio y hastío vital. Sorrentino, más crepuscular y humanista que nunca, deja a un lado sus irritantes vicios y encuentra en ‘La Grazia’ una bella reflexión sobre el legado, la familia y los cambios generacionales.

Extraño Río (Zabaltegi-Tabakalera)
Con tan solo 27 años, Jaume Claret Muxart debuta en la dirección con ‘Extraño río’, una película inspirada en los veranos que pasaba junto a sus padres y sus dos hermanos montando en bicicleta por el Danubio cuando era adolescente. Su álter ego en la ficción es Dídac, un chico de 17 años, que atraviesa una etapa de crecimiento, está a punto de dejar de ser un niño y convertirse en adulto. Para reflejar este proceso, el cineasta emplea un lenguaje visual sensorial donde la cámara transmite en cada movimiento lo que los personajes están sintiendo.

Resulta particularmente asombrosa la madurez que demuestra en este ámbito, siendo capaz de retratar perfectamente las dinámicas familiares sin necesidad de recurrir a las palabras. Esos momentos son lo más bello de un filme decididamente preciosista y que retrata con mucha honestidad y de forma poco convencional y bella el despertar del deseo. Pierde algo de foco cuando se centra en los padres, pero aun así hay mucho que celebrar en ‘Extraño río’. Sobre todo, la llegada de un cineasta con mucho talento que puede hacer grandes cosas.

Ver fuente

Farándula y Moda

Entrada siguiente

Freispiele abzüglich Einzahlung money mad monkey Online -Slot 2025 1000+ Casino Free Spins

Lun Sep 29 , 2025
Comparte en tus redes sociales Damit aufrecht stehen Dir erheblich min. zwei Drehungen zur Regel, sekundär sofern ihr Provision jedoch 10 Ecu beträgt. Wie bereits erwähnt, sei der guter Abhanden gekommen folgende Retrieval within Google und dieser anderen Suchmaschine.

Puede que te guste