Las botas de nieve que aman las chicas escandinavas
Ya sea porque tengamos en mente hacer una pequeña escapada a la nieve en estos próximos meses, porque todos los años nos tomemos unas vacaciones marcadas por el après-ski, o porque tengamos la suerte de vivir en alguna de las localidades en las que este fenómeno meteorológico sí es una realidad, el caso es que tenemos que estar equipadas para la situación. Obviamente, cuando se trata de prendas o accesorios de abrigo, siempre nos fijamos en lo que más se lleva en los países donde el frío extremo caracteriza las temperaturas en invierno, y lo mismo sucede con las botas de nieve, cuyas tendencias están dictadas casi al completo por las chicas escandinavas –algo que pasa también con frecuencia con las tendencias en botas del otoño-invierno 2024/25–.
De borreguito
En un día gélido, no puede haber mejor sensación que la de meter el pie en una nube calentita de borreguito. Un tejido que grita invierno, cuyo grosor protege de las bajas temperaturas y que posee una tonalidad súper versátil (y fácil de combinar incluso con tus calcetines de colores preferidos).
Metalizadas
Mantener los pies a salvo del frío y la humedad también se puede hacer con estilo, así que continuamos esta lista con diseños metalizados con los que, sin duda, no pasaremos desapercibidas. Y es que, ¿por qué renunciar a los modelos fantasía cuando estos resultan igual de funcionales?
Envueltas en fake fur
No hace falta frenarse en las botas de borreguito. Hay muchas más texturas calentitas con las que experimentar, y las botas de nieve de efecto pelo son perfectas para ello. Con plataforma, con borlas, e incluso con cañas de diferentes alturas, serán las favoritas de toda fashion victim.
De estilo trekking (incluso para pasear por la ciudad)
Hay que evitar las caídas a toda costa, y las suelas voluminosas de tipo track son el antídoto perfecto ante el hielo. Y vale, puede que solo tengas que recorrer las aceras del centro de tu ciudad, pero el aguanieve y la nieve a veces caen de imprevisto por todas partes y nosotras no siempre tenemos una quitanieves a mano (ni un cubo de sal) que nos ayuden a no resbalarnos. Las escandinavas las llevan cuando las temperaturas bajan mucho y, en cuestiones relacionadas con el frío, debemos hacerles caso.