Las chanclas son para la playa y el asfalto por igual, según el ‘street style’ de Copenhague
Le echaremos la culpa a The Row: las chanclas están por todas partes (y digo TODAS) este verano 2025. Aunque siendo sinceros esta es una profecía que lleva tiempo fraguándose, y la firma de las hermanas Olsen no ha sido la única responsable. Las chanclas encabezaban nuestra lista de tendencias para la temporada desde el principio, también por obra de Miu Miu, Ferragamo e incluso firmas made in Spain como Moisés Nieto. Todo el mundo ha tenido en cuenta este zapato que (para sorpresa de muchos), ya es el más vestido de la estación. Lo confirma ni más ni menos que la Semana de la Moda de Copenhague, meca del street style por lo accesible de los conjuntos que la llenan y también, por la variedad de estilismos que se sientan en su front row. Y esta ha confirmado que, efectivamente, todo el mundo está vistiéndose para las vacaciones.
Más allá de las ganas de viajar a la costa, el ascenso de las chanclas como objeto de deseo se trata de un fenómeno motivado por los últimos lanzamientos. Diseños como el que Gimaguas proponía junto a Havaianas -lleno de charms– han llegado hasta el armario estival de Kylie Jenner y la firma brasileña especializada en flip flops ha sido parte de los conjuntos más elevados de Gigi Hadid, demostrando que también pueden lucirse en las ocasiones donde el dress code antes las excluía. Por supuesto, el modelo Dune de The Row, con sus reconocibles suelas rojas y presente en las fotografías que acompañan este texto, ha sido clave para generar parte del interés, al ser una de las piezas más controvertidas de lo que llevamos de verano. Ni más ni menos, que debido a su elevado precio.
Dispuestos o no a pagar 780€ por unas chanclas, la realidad es que Copenhague se ha llenado de ellas en todas sus versiones para cambiar nuestra forma de lucirlas. Ganan por mayoría las opciones más clásicas, fabricadas a partir de derivados del plástico e impermeables, sobre todo en tonalidades oscuras como el negro. Versión que sin duda nos invita a abrir la mente y modificar la idea que teníamos sobre ellas antes de que llegase la tendencia. Ya no están reservadas (solo) para bajar a la piscina ni para los viajes a la playa, sino que están igual de permitidas en el asfalto de la ciudad.